Quisieron
las dilataciones maternas que yo naciera un 17 de agosto de hace ya algunos
años, 1967. Mi cuna, chiquitita, estaba en la calle Pericón de Cádiz, del
Barrio de la Viña, muy cerquita de la playa de La Caleta, lugar tótem para mí,
y como ya habrán adivinado en la Tacita de Plata, Cádiz. Ahora, con el
transcurso de los años y los avatares de la vida habitó en un lugar que lleva
por nombre Puerto Real, donde me encuentro feliz, contento.
Mariscando
en La Caleta, desde muy niño, en compañía de mi padre y escoltado por las musas
de tan emblemático rincón de mi ciudad natal, por la magia que lo envuelve, fue
germinando allí mi amor por las letras, por la palabra escrita, la imaginación,
la fantasía. Y esa locura sigue, perdura, cual humilde soñador de letras. Aquí
en Puerto Real he encontrado otros lugares que también me inspiran, henchidos
de hechizo; Las Canteras, el Almendral, mi hogar…
Pero
más que gaditano o de un lugar concreto, sin renunciar a mis raíces, mi hallo y
camino como ciudadano del mundo.
Tengo
escritos no sé cuántos relatos, cuentos, crónicas viajeras, vivencias,
emociones varias y poemas otros tantos y tantos. Tengo publicado un libro, algo
modesto, es cierto, pero que me propuse publicar antes de ser intervenido en el
Hospital Virgen Macarena de Sevilla, donde me pusieron un implante coclear. Ya
con esto os estoy diciendo que soy sordo, no de nacimiento, sino motivado por
una enfermedad canalla, traicionera, que se llama Síndrome de Meniere. No sabía
qué iba a suceder tras mi operación, y por si las moscas me propuse publicar
este primer loco sueño de letras titulado: Reflexiones entre el vértigo y la desazón, con
la Editorial Tántalo, con la cual colaboro trimestralmente en su revista
cultural y literaria.
Mi
pasión la poesía, y mi poeta amado; don Antonio Machado, al que siento cercano
y querido como un hermano.
Por
supuesto la literatura en cualquiera de sus géneros. Entre mis autores
predilectos, tantos…
Otras
pasiones, pasear por la naturaleza, la playa, el campo, correr, eso que se ha
dado en llamar footing, correr libremente por cañadas, senderos y rincones de
Puerto Real o cualquier otro lugar que me llegue.
Y
en definitiva disfrutar del regalo de vivir, viviendo y dejando vivir. Soñador
e inquieto, crítico con las injusticias, tan abundantes y tan necesarias de ser
denunciadas. Idealista, tal vez, pero no rechazo a creer que un mundo mejor es
posible.
Proyectos,
muchos, siempre, no quedarme parado, inventar, siempre inventar, escribir,
siempre escribir, poesía, relatos, denuncia social, todo aquello que me haga
feliz, que me enerve y que sirva, en la medida de mis escasas posibilidades,
para despertar conciencias.
“Petróleo criminal”
La sombra le persigue,
sigue, por allá va.
Andan sus pies descalzos
y agitados los brazos.
La canela de su piel,
ceñida en ropa raída,
zurcida a la piel va.
Agotados sus pasos
andan buscando un portal,
yermo, el niño llora,
solo, sin consuelo hallar.
Albor de madrugada,
un bramido, dos viandas,
desventurado jornal,
muecas y dos patadas,
poco más pudo hallar.
La sombra le persigue,
sigue, por allá va,
camina, y le sigue,
corre, huye, le sigue,
sin destino final.
Prava guerra asesina
huérfanos los dejó
sin resuello, sin hogar.
Periódico marchito
para el frío mitigar.
Los pies de su hermano,
frágil, yertos están,
Borran, lánguido roce,
el triste titular:
“Llegan las fuerzas aliadas
y con ellas la Libertad”
Tintadas están sus manos
por el petróleo criminal.
© Rafael Arauz González
Grande Rafael...poeta de sentimientos...puro y cristalino como las aguas de su bahía...Un placer verlo por aqui...un abrazo
ResponderEliminarLa calidad del encuentro, sigue en aumento. Gracias a todos y todas los poetas que estáis sumando, día a día...
ResponderEliminar"Disfrutar del regalo de vivir..." Sabias palabras llenas de vida ...
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