Curriculum Literario
Pedro Núñez Mansilla ( Belalcázar , Cordoba, 1958) ,
profesional y autodidacta de la informática, contable de empresas y aficionado
aprendiz de este arte de reflejar sentimientos y pensamientos que es la poesía.
Comencé a escribir hace unos 18 años, verso libre, y he ido
puliendo mi estilo poco a poco hasta obtener mi propia voz. He escrito siempre
para mis amigos y para mí, no he sentido la necesidad de publicar, a pesar de
que algunos poemas se han publicado en alguna revista, me siento más a gusto
escribiendo así, tal vez algún día me decida.
He escrito una decena de libros, sin publicar como dije, siempre
bajo el pseudónimo de Ginés Serrallo, y algunos de ellos han sido expuestos al
criterio de la poeta Concha García, cordobesa afincada en Barcelona, con buena
crítica por su parte.
En el archivo adjunto van poemas de dos de mis libros y un
tercero que aún no está en ningún poemario.
POEMAS:
Odre de mar
Odre de mar
es su cuerpo
contenedor
de ríos y sal
de noches
relumbrantes
de ebrias
aceras por las que
deambula el
amor y el sexo.
Un árbol sin
memoria
transita en
la penumbra
de la calma
tensa del crepúsculo;
es un amor
indefenso
en ese mundo
de plagio
e ilusiones
entre calles
sin tiempos,
sin luces,
con un grito
ensangrentando el agua.
Mi voz cae
por la boca del Odre
se hace
trino y espina,
cuerda y
rama en la miseria
del cielo,
que se preña
de oscuridad
sin motivo
mientras
espera al hijo
que
devolverá la vida a sus ojos.
Nos hemos
condenado a vivir solos
a llenar de
algas nuestras horas
a beber
bárbara y lastimosamente
toda la
cruel soledad del vino
con el que
nos emborrachamos
un día, tan
lejano como un recuerdo.
Se acaramela
el otoño entre los ríos
junta los
retazos de aquel Odre
que se
arrinconó en el invierno,
arropado de
silencios largos
y horas
muertas en la madrugada
de los días,
que han naufragado
por la
tersura de su piel canela.
Del Libro :
Buscando
Versos 2013
Dentro de la noche
Al llegar
las palomas
se oscurece
el pinar,
mirabas al
horizonte
buscando los
misterios
de la noche.
El mar era
como un recuerdo
de lejanas
tierras,
un mundo de
encuentros felices
entre
nocturnos olivares
que, en la
brisa anochecida
casi tocan
la hierba.
El mundo se
ensancha extraño,
los valles
son amores
que
ascienden a las estrellas,
los mares,
rumores y susurros
de
enamorados hambrientos.
En los ojos
van anidando
estrellas
oscuras,
se silencia
la mar
y en el
campo nada queda,
el ciprés se
reclina en la luna.
Dentro de la
noche
en algunos
de sus misterios
el naranjo
pierde su flor
y el viento
cruza los balcones
hacia el
corazón del mar.
Del Libro :
La Dama roja
Enero-2014
Duende de mis silencios
No eres
ninfa para un verso,
eres mujer,
alfarera de la vida,
pan y vino
de mi existencia,
señora de mi
llanto y mi consuelo.
Dama de mis
noches sin sueño,
aire que
falta con tu ausencia
perfume de
jara, tomillo y romero.
Eres el
duende de mis silencios
el aroma de
un otoño
y la
frescura de la lluvia,
tu sonrisa
es un requiebro de azahar
que en tus pupilas
brilla,
no eres
alondra, ni tampoco luna,
eres mujer,
compañera, amante,
libre, noche
bohemia, solaz,
alegría y
amargura.
Me convoco
en esta piel de olivo
a ser el
corazón fiel
de tus ojos
y las manos que sostengan,
cada día, el
amor en tu corazón.
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