FINI MARTÍNEZ

Aquí estamos de nuevo un año más,

Dios mío cómo pasa el tiempo

y aún así

Yo sigo siendo Fini Martínez Moreno.

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CADA SEGUNDO NUESTRO

Si de cada minuto que te quiero

yo pudiera tenerte

me faltaría vida para amarte,

cada segundo nuestro

llevaría desmenuzado un beso,

una caricia acompasada

con la música de piel

enamorando el tiempo,

allí, cobijaríamos todo el deseo  

que nos pueda caber en un abrazo

y yo tendría puesto mi vestido de río

y tu me quitarías las piedras olvidadas

para que todo el cauce fuera tuyo

sin tierras oxidadas del pasado.

Si de cada minuto que te quiero

Yo pudiera tenerte

me faltaría vida para amarte.

Nos merecemos más que un árbol milenario

que solo quiere robarnos nuestro tiempo.

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SIN RECUERDOS

Con ojos de niña me miraba

sentada en el pretil de la azotea

sonrisas de sus labios donde el aire

haciendo cabriolas se para y cosquillea,

un péndulo en  el tiempo de la tarde

sus piernas balancea

al compas de una brisa que deshace

el roce de sus pies sobre la tierra.

Era cal de pared

pidiendo en un abrazo buganvillas,

era cielo meciendo

las nubes navegando peregrinas,

cuando el sol la miraba

correteaba su sombra y se reía,

cuando el mar la llamaba

bordaba en su regazo las mareas

tejiendo las orillas.

Sentada en un banco pintado de sueños

sus manos acunan un libro

que llama recuerdos,

la noche se acerca manchando los muros,

chirrían los pestillos y acude el silencio

a una sala blanca pintada de negro.

- Mañana no vengas a verme

que ya no te quiero -

Susurra la niña aferrada a un libro

que llama recuerdos

y yo la contemplo con su paso torpe

doblando mi pena cuando el quicio dobla

su cuerpo pequeño

y de pronto vuelve con su paso torpe

a pedirme fuerzas, a pedirme un beso.

- Tu no me hagas caso, mañana te vienes

que aún no tengo escrito mi libro completo -

Y en una caricia, sin ella saberlo

en una caricia me regala el cielo.

Mi madre me mira con ojos de agua,

la niña me mira con ojos de sueño.