Nació en Pegalajar
(Jaén), realizó los estudios de Bachillerato en el Instituto "Santa
Catalina de Alejandría" de Jaén, y los de Magisterio en la SAFA de Úbeda y
en la Escuela de Magisterio de Jaén. Desde el año
Compagina su vida
entre la familia y la literatura. Enamorada de la infancia, de la cultura y del
saber, de la paz entre los seres humanos, de la justicia social y de la
naturaleza, pone su granito de arena en cada uno de estos ámbitos tratando de
hacer camino y de mejorar el mundo que habitamos en beneficio de todos. Atraída
por la magia de la Literatura desde pequeña, sólo ha potenciado su proyección
hacia ella a partir de 1998. Recreó cuentos de tradición oral. Ha escrito
poemas, cuentos y relatos de producción propia. Desde
Ha sido elegida Mujer
Rural a las Artes 2006 por la A.D.R. Sierra Mágina. Ha publicado relatos y
poemas en antologías editadas en las ciudades en las que ha sido galardonada.
Ha participado en más de 70 antologías. Como poeta ha sido reseñada en la
Antología de Poetas Andaluces, de Fernando Sabido.
PUBLICACIONES
PROPIAS:
- Luces y Sombras y otros poemas, 2002 - Cuentos y Relatos para Soñar, 2007
- Cuentos Fugitivos, Editorial
Hipálage de Osuna (Sevilla) 2012
- Encuentros que
dejan huella y otros relatos, Grupo Editorial
Líberman de Jaén. 2014
-
Tiempo de vivir, es su primera novela, editada por Grupo Editorial
Sial Pigmalión de Madrid en 2019. Esta novela ha sido presentada en la
Feria del Libro de Madrid.
Colabora con sus
artículos en el periódico mensual IDEAL SIERRA MÁGINA. Participa en la revista
“ALDABA” de la Asociación Artístico Literaria ITIMAT de Sevilla con sus poemas
y en la revista AZAHAR. Ha participado en varios Encuentros de poetas, y en las
Antologías, editadas con motivo de dicha celebración. Ha colaborado con sus poemas en varios cuadernos de Profesores Poetas. Ha
participado con lecturas poéticas en varios Encuentros de Mujeres Artistas de
Jaén con motivo del Día de la Mujer.
Ha realizado lecturas literarias, en Jaén y en otras localidades de la
provincia, invitada por las Asociaciones de Mujeres, por las Escuelas de
Adultos, por la Asociación Fuente de la Reja de Pegalajar y por la ADR Sierra
Mágina. Forma parte del grupo de escritores/as de Sierra Mágina. Participó con
un relato en el libro Sierra Mágina, Territorio Literario, editado en 2017, y
en el libro Madrid: Territorio Literario, editado en 2021, con un relato y un
poema, dedicados a la ciudad de Madrid.
Está incluida, como
escritora, en el Centro Andaluz de las Letras de la Junta de Andalucía y
participa en el Circuito Literario Andaluz con lecturas literarias de su propia
cosecha y de otros autores andaluces.
La dirección de su blog
es: http://trabajosdeencarna.blogspot.com
POEMAS
LLEGA EL OTOÑO
Llega el otoño,
a los parques de mi pueblo
a los valles de mi pecho.
Viene, con sus jirones de niebla,
con sus tardes amarillas, soleadas,
esponjosas, ambarinas, macilentas,
con su abanico de ausencias.
Llega con sus misterios de calma,
de pesadillas, de fobias, de tempestad,
de incógnitas, de ventoleras
de pena en el lagrimal
y agonía en la garganta.
Con sus tonos encarnados
enajena mis pupilas y mis sueños
y da vigor a la nostalgia.
Este otoño
se adueña de nuestras almas
con sus colores cobrizos,
caquis, tostados, rojizos y amarillentos,
llenos de melancolía y repletos de añoranza.
Nos trae un mosaico de tonalidades ocres,
en sus sedientas mañanas,
en sus prolongadas noches
en sus visos escarlata.
Iluminado por la tibieza sutil
de un sol, pálido y escurridizo,
va transcurriendo despacio
por las vides de septiembre,
por los lagares de octubre,
por los mostos de noviembre,
por los vinos de diciembre.
El otoño
se arremolina en mi pecho,
busca cobijo en mi alma,
se interna en mi corazón
se detiene en mis entrañas
para arañarme las vísceras
y desgarrarme la médula.
Este otoño, desarraigado y versátil,
se derrumba en mi memoria
con aire de fríos vientos
y retazos de añoranza.
TE
FUISTE
(A mi madre, in memoriam)
Madre,
te
fuiste tan de repente,
tan
sin decirlo, tan sin saberlo.
Te
fuiste como una flor en primavera,
marchita
y zarandeada por la tormenta
que
se gestaba en el fondo de tu ser.
Te
fuiste como la pena de marzo,
despacio
y sola como la lluvia de abril,
suave
y esponjosa como la brisa de mayo,
acariciando
el aire como las tardes de junio.
Te
fuiste con un viso de rubí en tus mejillas,
con
una nube en tus ojos, con una pena en tus labios,
con
un poema en tu corazón.
Te
fuiste tan desolada, tan sin hablar,
que
tus silencios restallaron en mi alma
y
la pena de mi llanto centelleó en tu interior.
Te
extinguiste en el aire como un suspiro.
Te
apagaste como una luz en la noche de mi dolor.
Te
fuiste sin una queja, sin un reproche, sin despedir.
Cruzaste
los vientos sin saber por dónde ibas,
ni
a dónde te dirigías ni con quién querías estar.
Te
fuiste cuando la Fuente llenó de agua la Charca,
de
sueños y de esperanzas, las laderas de mi amor.
Te
fuiste cuando la brisa bordaba haces de luz
en
las pupilas del día, rosas de seda en los jardines del sol.
Te
fuiste a un lugar sin retorno.
Tu
mirada se quedó prendida en el cristal del adiós.
Te
fuiste en una fecha sin brillo en el calendario,
sin
colores de arco iris, sin olores de jazmín.
Te
fuiste fustigada por el peso de los años.
Desde
tu lecho de muerte, la pandemia no pudo herirte.
No
pudo clavar en tu pecho el aguijón de ponzoña,
que
ha clavado en tantas gentes.
A
ti fue la vejez y el deterioro,
la
ausencia de juventud quienes te condujeron
por
el camino del Camposanto.
Ya
has dejado de sentir el desconsuelo y la pena
el
dolor y el sufrimiento que padecemos aquí.
Por
ti, querida madre, no doblaron las campanas.
Ni
gimieron los vientos aquejados por el llanto.
Pocas
personas, por este tiempo cerril
que
nos trajo el calendario, pudieron conocer tu ausencia.
¿Por
qué te fuiste, querida madre, cuando la primavera
extendía
su manto de flores multicolor en la Tierra,
cuando
abril acariciaba el olor de las celindas,
cuando
sonaba en el aire el canto del ruiseñor?
¿Por
qué te fuiste cuando la hiedra trepaba
los
aposentos de mi dolor?
Sin
embargo, ahora, la luz de la fe nos dice
que
ya no tiene sentido llorar por ti,
porque
te encuentras en los jardines del cielo,
gozando
de la presencia de Dios.
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