Nació en Mengíbar (Jaén), aunque vive en San
Fernando (Cádiz). Estudió Magisterio y después se licenció en Geografía e
Historia. Parte de su obra literaria pertenece al género de literatura
infantil, que ha sido un complemento a su labor docente. Escribe desde pequeño.
La poesía es para él una manera de percibir el mundo y plasmarlo posteriormente
a través del verso. Ha recibido
numerosos premios literarios. Ha presentado un programa de radio y ha escrito
poesía, relatos y artículos sobre literatura. Algunos libros son: “Las
historias de Carmelo”, “Remansos en el tiempo”, “Coro angelical”, “la soledad del héroe”, “Sueños infantiles”,
“Las aventuras de Pulpi”, “Heridas”…
Ha participado en numerosas Antologías y
Encuentros Poéticos. Durante cinco años dirigió y presentó el programa de radio
”A vueltas con la Literatura”. Ha prologado y presentado libros. Coordina la
Tertulia Literaria del Ateneo de Cádiz y codirige la revista literaria Pléyade
de San Fernando. Ha sido pregonero en varias ocasiones: Feria de Mengíbar
(2009), Pregón Oficial de Navidad de San Fernando (2017) y Centro de Mayores de
Cádiz (2022), entre otros. En 2018 le fue concedido el Escudo de Oro de la
Unión Nacional de Escritores de España.
ERES LA NOCHE TIBIA
Eres la noche tibia, la almohada
que acoge mi pesar con tu silencio,
eres miga de pan que sacia el hambre
que tengo de tu alma y de tu cuerpo.
Eres río y un mar siempre inestable
que invita a la aventura de los sueños,
eres libro muy bello, un poemario
con versos que son brisa y son incendio.
Eres selva intrincada, eres deseo
que me lleva a borrarme en una hoguera,
eres genio y un beso sin coraza.
Eres abril en flor, eres un ángel
que perdona desganas y naufragios,
eres rayo de sol, casa y misterio.
Presiento que la luz es menos clara
si tú no estás
en la ribera ancha de mi alma,
sin ti me ven oscuro,
así me siento,
y mis ojos no cantan
ni dibujan mis labios
la gracia de la vida
que alumbra como un cielo estrellado
o como un alba.
Presiento que sin ti,
sin tu palabra,
se me apaga la chispa de la idea
y quedo taciturno, sin razones,
mi yo es una estatua
con líquenes que comen su osamenta,
el mundo es menos mundo
y una niebla tan densa como el cieno
lo envuelve, lo atosiga y desintegra.
Presiento que un desierto me sacude
cuando solo me encuentro, sin tu risa,
sin el roce ligero de tus dedos,
entonces es mi vida un estallido
de ocasos y desdichas,
y siento que me caigo
y hasta ruedo
por la árida pendiente… de la muerte.
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