Diplomada en Ciencia de la Salud, especialista en Obstetricia y Ginecología (Matrona)
Aunque optó por las ciencias siempre ha sido, y es, una enamorada de las letras.
La investigación es una de sus pasiones. Uno de sus últimos trabajos ha sido la recuperación de la memoria de 33 escritoras de habla hispana comprendidas en una franja temporal que va desde el siglo XV hasta el primer cuarto del siglo XX; contribuyendo con este trabajo a poner en valor las raíces de la intelectualidad femenina.
Es gestora cultural, entre otros, ha presentado, coordinado y es de su autoría, el evento literario Voces Perdidas, Voces Olvidadas. Editado recientemente por Promotora Cultural Malagueña y coordinado por Ediciones del Genal.
Es miembro de Humanismo Solidario, del Ateneo de Málaga, del grupo literario Capitel y vocal de proyectos del Colectivo Malagueño de Escritores (CME)
Además de la poesía, también cultiva otros géneros literarios como el relato y la biografía.
Publica en revistas de ámbito cultural nacional e internacional.
Sus poemas aparecen en varias antologías.
ELEGÍA A UN AMOR PERDIDO
I
Todo pudo ser, pero nada fue hecho.
Yo con mi locura y tú en tu delirio
y fuimos apasionados amantes
en aquellas claras noches de estío.
II
Hoy soy para ti secuencia perdida,
aquellas que dirás no haber vivido.
Y así, si nos cruzamos algún día,
Tú, distraída, mirarás a otro lado,
yo, me iré buscando la lejanía.
III
Pasando los días conocerás
otro amante, afectuoso, tierno y fiel,
que te seducirá con sus encantos
y puede ser que te cases con él.
IV
Pasando los años, vuelta a empezar.
Te acordarás de lo que sin ser fuimos:
de aquellas fechas en el calendario,
de aquellas noches templadas de estío,
de que soy el mismo de la noche aquella
aunque te empeñes en cerrar los ojos
para no ver las brillantes estrellas.
V
¿Qué más te digo que no te haya dicho?
¡ah! Si, que te morirás algún día
—cómo todos nos hemos de morir—.
Las plañideras llorarán tu nombre
sollozando mil palabras sombrías
y te velarán hijos de otro hombre.
A Ida Vitale
ESTO ES ELLA (endecasílabo)
Ojos de mirada dulce y serena
y a su vez brillantes como zafiros
prestos a cortar el aire, sin más.
Pelo castaño como aquella tierra
que la vio nacer, crecer y vivir,
la misma que la acompaña e ilumina
sus atardeceres al caminar.
Piel clara y suave cual melocotón
al surgir su primigesta preñez.
Su cultura, su idioma y sus costumbres,
su gran fe, sus vivencias y su credo;
la savia de sus ancestros corriendo
a borbotones por todo su cuerpo.
Su inteligencia, su conocimiento,
su cortesía y sus formas de vida.
Esto es ella, la suma de ellos todos:
el legado mismo de su existencia.
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