Nací en Grazalema. Soy doctor en pedagogía. Como docente, he realizado muchas funciones entre ellas profesor universitario. Recibí en Barcelona el premio nacional “Rosa Sensat” de pedagogía.
Participé en las Tardes poéticas de Grazalema de los años 80 y 90. He publicado poesía en revistas literarias y recibido el premio internacional “Artemisa” 2023 y el premio del VII concurso internacional “María Fonellosa sobre discapacidad” con el poemario “Ángel contigo y otros versos”. En proceso de edición se encuentra “Los ojos incendiados de Vernon Harris”.
La periodista cultural Pilar Redondo del periódico “Cierre digital” (Córdoba, 2024) ha dicho que mi obra trata de “una poesía del sentimiento razonado, abocado a la trascendencia”.
Realizo un programa de radio semanal sobre poesía. Soy miembro del Ateneo literario de Puerto Real y socio de honor de la UNEE. Mi poemario “Vivir en las palabras” ha sido traducido al portugués.
MANUEL EN SUS TARDES
Sentado
cada tarde en el café
espera
que el tiempo no pase.
Que
el otoño no deje atrás
el
despertar luminoso del verano.
Que
los incipientes chaparrones
de
transparente agua de noviembre,
que
traen en sus moléculas
el
misterio de la vida, sean una vuelta
atrás
en el calendario.
Sentado
cada tarde en el café sueña
con
volver a la misma terraza,
en
la misma fecha y la misma hora.
Volver
a otros años, los de antes,
a
la espera de su hijo
adolescente
enredado en sorber
instantes
y
ver brotar libre la primavera
en
el asombro de la sangre.
Sentado
cada tarde en el café
espera
alguna noticia
que
lo rescate de mirar al cielo
y
le permita dejar de sentir miedo
a
la amarga zozobra de las noches.
Sentir
que el tiempo se ha dorado
tanto
en su hermosura, que ya es tiempo
diluido,
helado, si, el temor contenido
a
la fatal noticia.
PRETÉRITO DE SUBJUNTIVO
Me es común salir a la calle
y encontrar a gentes a las que miras de cerca.
Pongamos por caso, en el autobús
o el mostrador de algún comercio.
Y ahí aparecen a veces unos labios
que ya besaste o unos ojos
que abren un yo interior que ya conoces.
Entonces es como ensimismarse con la llama
de un fuego o con el vuelo de algún pájaro
cuando se confunde en una nube.
Es excepcional, pero ocurre como los milagros,
porque sé que los milagros ocurren.
Cuando te invade este río ves que estás frente
al pretérito de subjuntivo.
Y a las manos mínimas de aquella niña
con la que compartí pupitre.
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