Maestra de Primaria
(jubilada). Nací en la isla de La Gomera, y a los 11 años me trasladé con mi
familia a vivir en Tenerife, donde realicé mis estudios de Bachillerato y
Diplomatura en Magisterio. Ejercí mi profesión en la Escuela Pública Canaria
durante 34 años. Ahora me encuentro prejubilada anticipadamente por un
trastorno neurológico que me afecta a la movilidad de manera leve.
Desde entonces, y
como siempre he sido una gran aficionada a la lectura, al quedarme sin trabajo,
me dediqué a jugar con las palabras. Y es así que me he convertido en un
"mar de letras" que voy cruzando unas con otras, poniéndoles a unas
rimas y a otras ritmo, y convirtiéndolas en gotas de sentimientos, con las que
pretendo calmar la sed de las almas agrietadas por la sequía de la soledad.
MI VOZ
Aún me quedan palabras,
todavía tengo el alma henchida
de sentimientos, de ansias,
de vida que dar y compartir,
de continuar con mi loca andadura
por el sendero luminoso
que se abre ante mi cada día.
No quiero silenciar mi vida.
Quiero que se siga oyendo mi voz
por los patios del recuerdo,
por las tapias de mi ausecia.
¡Que resuene fuerte mi voz!
por los pasillos del tiempo,
por las esquinas afiladas
de las memorias perdidas.
Quiero que siga sonando mi voz
porque las palabras se me escapan a borbotones
y rompen esa barrera de silencio
que este momento me impone.
Quiero que suene mi voz,
quiero verle volver la espalda
a esta loca situación
que ha querido silenciarla,
para mirarla a la cara de frente
y decirle lentamente:
__ ¡ A mi voz, tú no la callas!!-
M. C. M. (marcamar)
Aún me quedan palabras,
todavía tengo el alma henchida
de sentimientos, de ansias,
de vida que dar y compartir,
de continuar con mi loca andadura
por el sendero luminoso
que se abre ante mi cada día.
No quiero silenciar mi vida.
Quiero que se siga oyendo mi voz
por los patios del recuerdo,
por las tapias de mi ausecia.
¡Que resuene fuerte mi voz!
por los pasillos del tiempo,
por las esquinas afiladas
de las memorias perdidas.
Quiero que siga sonando mi voz
porque las palabras se me escapan a borbotones
y rompen esa barrera de silencio
que este momento me impone.
Quiero que suene mi voz,
quiero verle volver la espalda
a esta loca situación
que ha querido silenciarla,
para mirarla a la cara de frente
y decirle lentamente:
__ ¡ A mi voz, tú no la callas!!-
M. C. M. (marcamar)
SOY MUJER
Soy mujer ...
mujer isla, mujer roca,
mujer hecha de arena y sal
con la vista siempre fija
en la línea del horizonte
inundándome de mar.
Soy mujer ...
mujer bosque oscurecido
que sueña con refulgentes rayos de luz,
mujer árbol
a la que le crecen hojas rojas
ensangrentadas por su destino.
Soy mujer ...
Aunque le pese a las mentes
unificadoras,
a los que detestan las diferencias,
a aquellos que me miden
con varas de medir
perversamente diseñadas .
Soy mujer...
mujer libre,
prófuga de las cárceles
de los convencionalismos
con el cuerpo cubierto todavía
por marcas de cadenas de incomprensión.
Soy mujer...
mujer aire, hecha campana
con la espuma de una nube,
y con un rayo de sol.
Mujer con el rostro moreno
y el cuerpo cincelado por el dolor.
Soy mujer...
mujer agua, clara y cristalina
que se desliza, que fluye, que se deja llevar,
que arrastra a su paso toda las esencias
que la han de identificar
Soy mujer...
única superviviente
de una estirpe a extinguir,
redentora de una raza masacrada
que ha vencido triunfadora
contra el mal.
... ¡¡¡Soy Mujer!!!
Mari Carmen
Martín
(marcamar)
(marcamar)
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