Maestro nacido en Cádiz, pertenece al grupo literario Indocencias y a Poetas de AHora. Gaditano y maestro. Ha publicado un poemario: “Divagación nocturna” y otro infantil “Rebelión en la escuela”. Junto a Lola fontecha, otro poemario infantil: “Rebelión en el zoo”. Además, ha colaborado en diversas revistas (“Indocencias”, “Impresiones”, “Azahar” y “Grito de Mujer”…) y antologías poéticas ("Autores docentes de la provincia de Cádiz", “Escritos con tiza”, “Enreversados”, “Encuentro Poetas Andaluces de Ahora”, “Antología Poetas de Ahora”, “Antología Poética de los Encuentros Poetas en Red”, “Antología del Recital Sierra Morena de Poesía”…).
Ganó el I Premio de Poesía de Paterna de Rivera y un áccesit, junto con varios componentes del grupo poético, en el V Concurso de Poesía de Herencia, con "La arroba en el Parnaso". Ha publicado un poemario: “Divagación nocturna” y otro infantil “Rebelión en la escuela”.
Es creador y organizador, junto con Lola Fontecha, de la tertulia “Puerta abierta a la imaginación” y del “Encuentro Poetas de Ahora (I y IV)”, coordinando, con ella, sus respectivas antologías…
“Me siento cómodo en la experiencia azul, aunque aún no me tumbo en ella, permanezco erguido.
Y resulta que he escrito y escribo un poco, o mucho.
Y aún me siento un loco.
Y hermano, pero no primo.
Y aún hoy me asombro…”
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DUELE LA HERRUMBRE, PADRE
Duele esta luna sin brillo
al anochecer del corazón.
Duele escuchar la sin memoria con dolor
del bosque sin mesura marchito
y su lamento hostil maldigo.
Duele el almendro no hallar
vestido de blanco azahar.
Duele ante el réquiem sucumbir
que sin ritmo pernocta en el mar,
en los ojos secretos de selene.
Duele la herrumbre, padre,
tú que fuiste mi sueño, mi mañana y tarde,
mi lucidez biológica, mi vivir.
Cronos, egoísta, te ató a la noche
y va atardeciendo rápida la oscuridad,
para poner rumbo al final broche
que mi alma enjuta ahora apene.
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TERROR, DE TERRORISMO
-En el falso nombre de Alá-
Porque estos tristes versos
crujen todo el lamento,
lúgubre dolor inquisidor,
requiebro y sufrimiento.
Porque estos amargos versos
colman de lágrimas
mis incólumes exabruptos.
Porque lloran las piedras
escondidas en el estallido
de cólera reivindicativo.
Porque las ánimas
espolvorean los gritos
y sobra la vida
en cada centímetro
por donde tropiezan las ideas.
Porque estos tristes y amargos versos
oscurecen tu visión,
y agrandan mi aflicción,
y tropieza en mí el desconsuelo.
Estos versos que me ahogan
esta noche sin luna,
esta noche de Dios y espanto,
de tu Dios y mi quebranto.
Esta noche de tristes versos,
de amargos versos,
no hay más plática,
no hay súplicas que me dobleguen…
Porque tú tienes la llave…
Y yo la cerradura.