GUILLÉN LOSADA
Seudónimo literario de Antonio Sánchez Jiménez
nacido en Montilla Córdoba en 1963.
Comencé a escribir poesía antes de saber lo
que era a los 7años y a los catorce comencé a leer comenzando por el 27, poco a
poco fui descubriendo un mundo interminable y aprendiendo de cada lectura de
manera autodidacta. En mi juventud tuve algunos premios locales publicando mis
primeros poemas en la prensa escolar y local. En 1992 publiqué el libro CON LA
VOZ DOLORIDA DE LA HIERBA en 1993 fui se lesionado para participar durante tres
semanas en el FORO JOVEN IBERO AMERICANO SOBRE LITERATURA Y COMPROMISO donde
pude aprender de algunos de los mejores escritores del momento.
Entre ellos Ana María Matute, Juan Goytisolo,
José Saramago, Jorge Amado, Mario Benedetti. También intercambiar experiencias
y escritos entre jóvenes de una veintena de países.
Participé en cinco congresos de jóvenes escritores
en Alcalá de Henares 1993/97, he publicado en una veintena de revistas de
Montilla, Málaga, Alcalá de Henares, Madrid, Mataró, Sabadell, Barcelona,
Murcia, ,Algeciras, Sevilla, en especial en Conil Cádiz en la revista poética
Azahar desde 1995 gracias a José Luis Rubio que desde entonces ha contado
conmigo.
El libro UNA LARGA CONDENA y el relato JUANELE
editorial JAMAIS de SEVILLA. Incluido en una veintena de antologías las últimas
de encuentros poéticos. En 2019 público
el libro ENTRE LAS OLAS DEL TIEMPO. Soy miembro de poeta en red, poetas de
ahora, poetas por la paz, poetas del atlántico y alrededor de cincuenta grupos
literarios de internet. En agosto de 2021 la revista Azahar me ha dedicado un
monográfico de 50 pág. CAUSAS PENDIENTES.
Mi poesía es social existencial con tintes
surrealistas.
LA INGENUIDAD
Ya que los amaneceres pertenecen al mismo
sindicato, donde juegan a las cartas el
timador
de los espacios esdrújulos con su chistera de
gala,
para el carnaval de los que nos acostamos al
ocaso.
Para conseguir que Las palomas sigan volando
en los lugares furtivos donde huir de las
escopetas.
Ellos cargan las repetidoras a su libre
antojo,
le hacen la pelota a los anti taurinos y se
santiguan
cuando pasa el corpus, se visten con las galas
del viernes santo para cobrar horas extras,
los
demás tontos
tenemos que callar o hacer la pelota
a los que siempre le han hecho
para desapercibidos o vivir en la
clandestinidad.
A la vejez los huesos nos duelen a los
españolitos
de a pie,
dormidos en un jergón
de palabras necias, actuaciones injuriosas
bendecidas por las fotos de la prensa rosa.
Y un suntuoso butacón
en el escaparate del casino,
mientras se doran y engordan
sus flácidas estampas,
con abono de sombra a las cinco
de la tarde.
Excúsame por la ceguera de mis ojos,
excúsame por las palabras sin ser
pronunciadas,
solo soy apariencia ajusticiada
en una noche de rayos y truenos, lugares donde
esta el miedo escondido en cada poro de la
piel
de un velociraptor hambriento de miseria,
como tantos sicarios de la mentira que viven
en grandes mansiones ensangrentadas.
Así nunca se perpetuarán las buenas
intenciones
del amor y sus lacayos de inocencia,
no amaran con todas las fuerzas de sus venas,
por los entresijos del silencio adulterado
durante un lúgubre olvido sin epitafio.
Comerán migajas de sombra
sin desearlo, como un largo castigo
de
puntos suspensivos,
para que nadie reconozca su futuro
en
los espejos.
La mano de aquel niño se desvanece
en el anonimato sin ser regidor
de su torpe aliento, deudor del infortunio
nos envuelve a los desheredados
del último peldaño donde vive la verdad
oculta entre machetes de incertidumbre
y
palabras vacías.
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