sábado, 24 de septiembre de 2022

ROBERTO J. MARTÍN GONZÁLEZ


 


Reseña biográfica: Roberto J. Martín González.

Nacido en: Málaga, marzo, 1946

Estudios:  Dirección Empresas Turísticas; Decorador de Interiores.

Ocupación Profesional: Dirección en la Empresa Privada,

Entre los años 1965 y 1970, impresión y publicación de varios poemarios, (inéditos)

Recopilación y rescate de parte de los mismos poemas de los comienzos.

De vuelta al entorno poético, publicación de "RETAZOS" por ALIAR Ediciones.

Gestor de eventos: ENCUENTRO POÉTICO DE ÁLORA. HABLANDO DE POESÍA (Liceo de Málaga)

VOCES PERDIDAS VOCES OLVIDADAS, junto a María Isabel Castro (MUPAM de Málaga). PICTOPOEMAS, conjuntamente con María Isabel Castro.

 

 

  LLEGANDO LA PRIMAVERA

 

Ya llega la Primavera

imponiendo su esplendor,

sintiendo hervir la sangre

que te rompe el corazón,

¡Ay! Mujer de mis sentidos

¿dónde estás, rosal sin flor?

el pulso está acelerado

perdiéndose la razón.

Una rosa ensangrentada,

en mi pecho con amor,

llevo arrastrando en mi vida

viviendo ésta sin razón,

mi alma está partida

persiguiendo tu fulgor,

de tú pecho enamorado

teniendo esa desazón.

Dame el néctar de tus labios

para vivir sin temor,

dame el dulzor de tus pechos

que me pare el corazón,

aferrado a tu cuerpo

quiero despertar mi amor,

con el alba en tu cara

te miro con ambición.

Déjame de ser tu aliento

que yo arrastre mi temor

para que pueda tenerte

con toda mi ilusión.

Te tendría como siempre

incrustada en mis entrañas

para que nuestro amor siembre,

deshaga cosas extrañas                                                         

que nuestro cariño quiebre

la madeja que enmaraña.

 

 

 

 MIS SUEÑOS

 

Quiero componer un sueño

que me lleve hasta la nada,

quiero recorrer el mundo

abrazado a tu mirada,

y contigo de la mano

hasta la mar que reclama

bendecir el horizonte,

allá, por tierras lejanas,

para dar gracias al cielo

de ese azul, en la mañana.

¿Será mi tierra un Olimpo,

dónde los Dioses más aman?

Sólo calentarse al sol,

a ese sol de la mañana

en esta tierra bendita

donde la flor se engalana,

para llegar a la noche

siempre vestida de gala,

y sorprender a la luna,

con ese velo de plata,

que extiende a tus pies dormida

cuando, junto a mi soñabas.

Y yo pendiente de ti,

acogido a tu fragancia;

que es de jazmín y azucena,

de madreselva y albahaca.

¡Ay! de mis sueños profundos,

si algún día no encontrara

ese calor de tus manos,

suave, como el agua clara.


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