Reseña biográfica: Roberto J. Martín González.
Nacido en: Málaga, marzo, 1946
Estudios: Dirección
Empresas Turísticas; Decorador de Interiores.
Ocupación Profesional: Dirección en la Empresa Privada,
Entre los años 1965 y 1970, impresión y publicación de varios
poemarios, (inéditos)
Recopilación y rescate de parte de los mismos poemas de los
comienzos.
De vuelta al entorno poético, publicación de
"RETAZOS" por ALIAR Ediciones.
Gestor de eventos: ENCUENTRO POÉTICO DE
ÁLORA. HABLANDO DE POESÍA (Liceo de Málaga)
VOCES PERDIDAS VOCES OLVIDADAS, junto a María Isabel Castro
(MUPAM de Málaga). PICTOPOEMAS, conjuntamente con María Isabel Castro.
Ya llega la Primavera
imponiendo su esplendor,
sintiendo hervir la sangre
que te rompe el corazón,
¡Ay! Mujer de mis sentidos
¿dónde estás, rosal sin flor?
el pulso está acelerado
perdiéndose la razón.
Una rosa ensangrentada,
en mi pecho con amor,
llevo arrastrando en mi vida
viviendo ésta sin razón,
mi alma está partida
persiguiendo tu fulgor,
de tú pecho enamorado
teniendo esa desazón.
Dame el néctar de tus labios
para vivir sin temor,
dame el dulzor de tus pechos
que me pare el corazón,
aferrado a tu cuerpo
quiero despertar mi amor,
con el alba en tu cara
te miro con ambición.
Déjame de ser tu aliento
que yo arrastre mi temor
para que pueda tenerte
con toda mi ilusión.
Te tendría como siempre
incrustada en mis entrañas
para que nuestro amor siembre,
deshaga cosas extrañas
que nuestro cariño quiebre
la madeja que enmaraña.
Quiero componer un sueño
que me lleve hasta la nada,
quiero recorrer el mundo
abrazado a tu mirada,
y contigo de la mano
hasta la mar que reclama
bendecir el horizonte,
allá, por tierras lejanas,
para dar gracias al cielo
de ese azul, en la mañana.
¿Será mi tierra un Olimpo,
dónde los Dioses más aman?
Sólo calentarse al sol,
a ese sol de la mañana
en esta tierra bendita
donde la flor se engalana,
para llegar a la noche
siempre vestida de gala,
y sorprender a la luna,
con ese velo de plata,
que extiende a tus pies dormida
cuando, junto a mi soñabas.
Y yo pendiente de ti,
acogido a tu fragancia;
que es de jazmín y azucena,
de madreselva y albahaca.
¡Ay! de mis sueños profundos,
si algún día no encontrara
ese calor de tus manos,
suave, como el agua clara.
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