Nace en San Fernando (Cádiz). Está casada y tiene dos hijos. La pasión por la literatura le viene desde muy temprana edad, sobre todo por la poesía social, que tiene su auge en la generación de los años cincuenta-sesenta. Cursó sus estudios hasta los nueve años de edad, sumándoles dos más con un profesor particular a domicilio, que tuvo que interrumpir para dedicarse al bordado a mano y a máquina también, con el fin de confeccionar todo tipo de prendas desde el clásico pantalón a la chaqueta.
Una vez casada y con hijos, se incorpora de nuevo a
los estudios y a partir de ahí frecuenta con asiduidad la lectura.
Después de cuatro años en esta nueva andadura,
publica varios de sus poemas en la Revista Literaria “Arena y Cal”.
En el año 1997 entra a formar parte en el Grupo
Literario “Ámbito”, así como publica trabajos en la Revista de este Grupo. A
estas publicaciones siguieron otras como en “Tántalo” de Cádiz y en “Azahar” de
Conil de la Frontera.
En el año 2007 obtiene un II Premio de Poesía en
Salas de los Infantes (Burgos) con el libro titulado Razón de ser, actualmente
publicado. En ese mismo año consigue el primer Premio de Poesía Nacional de
Moriles (Córdoba) con el poema titulado “Mamá Eloise”; a éste le siguieron
otros como el de Victoria Alba en San Fernando con el poema titulado “He vuelto
de una patria”. Dos años más tarde volvió a obtener de nuevo el premio Victoria
Alba con el poema “Pasa un hombre recorriendo las calles”
En la actualidad sigue siendo miembro del Grupo Río
Arillo de Artes y Letras de San Fernando, en cuya Revista “Pléyade” edita sus
trabajos literarios. También colabora en un programa de Radio La isla titulado
“A vueltas con la literatura”.
Es amante y defensora de la Naturaleza y los
derechos humanos y le fascina el mundo de los niños, a quienes va dedicado este
libro.
MAMÁ HÉLOISE
Hoy
mamá Héloise está sentada
en
una vieja silla
donde
descansa el cuerpo.
Recuesta
su cabeza en el cojín
que
no supo poner en el respaldo.
¿Y
para qué andar fingiendo
sin estar dormida?
Ya
casi es todo un siglo el que le sigue.
Y
mamá Héloise solloza
Su
voz es como un órgano
que
suena susurrante
y
desabriga el alma
de
su antigua tristeza.
Sus
pechos permanecen ya desnudos
Y
mamá Héloise sonríe,
tiene
seca la piel y las entrañas,
También
es como un árbol.
A
medida que el sol se disminuye,
ya
mamá Héloise suspira.
Ella
sabe que las hojas
sirven
para sus troncos.
Que
no existe el regreso
de
ninguna piel muerta.
Que
todos los instantes
es
tan sólo un instante.
Hay
que mirar también en lo infinito.
Lleva
sentada tiempo. Nada es igual.
La
hierba se consume.
Sólo
cierra los ojos. Hasta cuando.
Hasta
cuando los límites.
Su
voz sólo es materia.
Hay
miles de segundos
en
el tiempo que no se reconocen.
Y
mamá Héloise descansa.
Sólo
deja su mano sobre el filo,
nunca
sabrá si hubiera sido libre
después
de la experiencia. Hoy es todo
un
sentimiento el que perdura
y
ya no importa el sexo.
Y
mamá Héloise me mira
y
sigue recordando su pasado.
Hombre y Dios
Yo soy tu centro para ti, tu tema
de hondo rumiar, tu estancia y tus pensiles.
Si me
deshago, tú desapareces.
Dámaso Alonso
Pasa
un hombre recorriendo las calles
que va desde la libertad a la
no libertad
Es un hombre tan sólo pasa y mira
y de repente ríe sin respuesta
que huye lento olvidando la
lluvia
Hay
una lucha en ti
que te recorre el cuerpo;
donde
aprietas el pulso
con una identidad que se
pronuncia sola
fluye muda la sangre
no sirven las palabras
Hay una humana costumbre
que te regresa
al mundo
vuelves a la total
transparencia
en este
invierno frío
Están verdes los árboles
ya no cabe pesar
en un verso sin nombre no es posible
y a veces te roza el viento tus pestañas
mientras que el agua moja las
paredes
Hay una regresión de huellas
que transformas
que te invita a vivir
donde
te queda un resto
y un silencio de pájaros y voces
como si fuera un noviembre al
desabrigo
Tan sólo es el silencio de una
ciudad que gime
donde sigues tus pasos
como un mar que regresa sin
saber de oleajes
Me
estoy imaginando
cuando
mi cuerpo no hable ni respire
cuando
este beso ya no alcance dulzura
y
sea parte de la flor y del agua
Me
estoy imaginando
silvestre
sobre el filo del mundo
tan
sólo aquí y allá
pero
siempre girando siempre siempre…
Sólo
formando parte de la circunferencia
como
si los minutos
fueran
tantos minutos
que
el tiempo fuera el mismo
Me
estoy imaginando
sin
rostro sin palabras
pero
siempre imborrable
Me
estoy imaginando
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