Mª del Rosario Sánchez
Cubelo. Nacida en la ciudad de Cádiz. 55 años. Maestra.
Al editar mis datos
personales he omitido intencionadamente nombrarme “poeta”. Y es que, a medida
que voy leyendo a “los grandes” a los verdaderos poetas, más reparo me da
asignarme tal título, o reflejar en mi biografía algún que otro reconocimiento
literario que logré; así que me pregunto de qué forma he de reflejar mi vínculo
con la literatura.
Qué tal
si les digo tan solo, que amo a la poesía Que la amo aún en los tiempos de
estío en que ella me abandona por completo, y parece haberse ido a refugiar en
otros brazos amantes. Qué tal si les cuento, que con tenerla cerca me conformo,
y que no espero más, que el guiño de vez en cuando, de sus embajadoras:
las musas.
Hay un
recuerdo de ti.
Hay un recuerdo de ti
en esta noche en vela.
Palpo entre costurones
los sueños
que ayer unieron
nuestros cuerpos.
Comprendo, tal vez
tarde,
que artilugios de amor,
los versos,
no deben usarse en vano
y los míos ya no
alcanzan su fin.
Se desprendió de ellos
ese verbo primigenio,
inocente, con que escribía
para ovillar tu nombre
entre sus volutas.
Qué haré.
Qué haré en esta noche
en vela
si se impuso el tiempo
del silencio
y andan las horas
desplomándose
mudas de cansancio
sobre mi vientre.
Qué haré si sonó un
toque de queda,
una orden de retirada
a todas las palabras
que escogí para definirte,
para reconocerte…
Qué haré.
El Leve
peso de mi almohada
Anoche,
coloqué la
almohada sobre mi cuerpo.
La abracé
tan estrechamente
que hasta
me pareció sentirle latidos por dentro.
Yo no sabía
que las almohadas tienen corazón.
Anoche,
abarcando
su ternura entre mis piernas
le fui
musitando mis silencios,
se invadió
de ellos el aire que nos separaba,
zozobraba
inquieto por nuestros costados.
tan
estrecho era el contacto…
Anoche,
abrazada a
mi almohada
entre el
jergón y ella jadeaba un desconsuelo.
Anoche,
mientras me comía mi almohada a besos,
bajo su
leve peso creí morir de soledad.
Yo
desconocía que las almohadas consuelan y aman
como nadie
en este mundo.
Autora:
Rosario Sánchez Cubelo
Que bonita eres hija...
ResponderEliminarQué me nombres bonita desde tus ojos de océano, es un regalo preciosa. Gracias.
EliminarTú no serás poeta, pero eres toda y estás hecha de poesía. Un beso enorme compañera y amiga.
ResponderEliminarTú eres POETA, así, con mayúsculas. Un beso, preciosa.
ResponderEliminarHermosos versos, donde jadean los sueños y te pierdes en la melancolía.
ResponderEliminarsaludos desde El Bierzo.
Gracias por vuestros comentarios amigos. Un beso. Nos vemos en breve.
ResponderEliminarPreciosos versos. La soledad nos invade por completo. Un abrazo.
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