Me llamo María del Carmen Navarrete Barrena. Después de haber obtenido algunos premios de poesía y tres libros publicados y pienso que la poesía sirve para liberar el espíritu, para comunicar, ya sea cosas grandes o pequeñas, para crear en todo momento una atmósfera única. Es sensibilidad, amor, libertad y deseos de seguir creando un mundo nuevo. Donde las cosas que te gustan las enmarcas en un ámbito distinto. Es dejar volar la imaginación y recrearte en la belleza de las cosas, a través de tus ojos, de la experiencia del universo en el que vives. La poesía es el alma de la vida, es algo que no tiene explicación, que va dejando huellas. La poesía parte de la existencia humana como algo natural y el sentimiento que nos mueve. La poesía, como bien decía Bécquer, “ Poesía, eres tú”.
Me sumergí en el fondo de la vida,
fui mitad y mitad,
sentí la transparencia muda de las cosas
en la creciente luz del horizonte.
Su voz vino hacia mí
lo mismo que la tarde y que los pájaros.
También los hombres
que buscaban respuestas.
Después busqué en los versos
un puñado de flores amarillas.
Te has quedado vacía y sin respuesta
buscándote la forma inteligente
de componer un verso,
y es algo que no entiendes,
que no estés a la altura.
Avanzas y ves el rostro humano
y quieres evitar que el vaso se derrame,
y frenas la medida de tus pasos.
Tan sólo el aire acusa el desafío,
como poniendo agujas al silencio
que indeleble se rompe,
olvidando la fuerza que te dejó el origen.
Te paseas por encima del mapa,
tan sólo agua y orilla se contemplan
calladas desde el fondo,
donde la piel se mueve en tu costado.
Zarpas de nuevo a solas
y ves otra ciudad, con otras calles,
con otros cuerpos de nómadas confusos.
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