Gaditano nacente
y cañaílla viviente, reside en Sevilla desde 2001, donde estudió Psicología;
pero descubrió que era capaz de llegar antes al alma por medio de la
Literatura, que a conocerla a través de Freüd.
Fue en su perfil
fake de Twitter –como él dice-, @PoetaGaditano, donde encontró en
la poesía una forma de expresarse, hasta entonces, casi ajena. Puede decirse
que su amor por Cádiz lo hizo poeta, o lo que es lo mismo: Cádiz pare poetas
que no sabían que lo eran, aunque siempre se autodenominó rimador.
Descubrió, tal y
como indica en esta red social, que la poesía es un arma de inspiración
masiva.
Articulista
habitual en los medios digitales IslaPasión (San Fernando) y Revista
Letra Libre (Sevilla), y versador de ocasión en la página PoetasHispanos.net.,
ha prestado su pluma para revistas y blogs literarios en España y Argentina, y
para colaborar en publicaciones que lo hayan requerido.
En junio de este
año presentó su primer libro en, <<De profundis. Relatos y poemas de
un hijo pródigo>>, de editorial Punto Rojo, en La Isla y, si nadie lo
remedia, en diciembre lo hará en la capital hispalense. Ahora está inmerso en
otros proyectos, como su primera obra narrativa.
Para finalizar,
hay quienes tras conocer su poesía y su forma de describir, lo asemejaron a
Bécquer, Juan Ramón Jiménez, Lorca o Machado; sin embargo, considera que quien
se nutre de maestros tales, termina por ofrecer, como pretende, otros conceptos
innovadores. Es un poeta con un optimismo irredento que, como plasmó entre las
hojas de su libro, insiste en que la inspiración, como el aire, se respira.
Por t(u)i(t), enamorado
Me lo dijo un pajarito
un día cualquiera,
que te habías enamorado
de ciento cuarenta letras.
Tú hacías tuyos mis poemas,
que ingenuo escribía,
y surgió una historia de amor
detrás de cada etiqueta.
Era tu corazón una arroba
que precedía a mi nombre,
y no sabía que tus <<me gusta>>
eran notas de amor secretas.
Redes del destino
que atrapan sin aviso;
historias de dos vidas
que, separadas, se encuentran.
¿Pasa el tiempo?
El tiempo es aquello, dicen,
que discurre junto a ti,
ajeno.
Indiferente,
latente a veces,
con paso lento.
Inapelable,
paciente,
en silencio.
Tú eres aquello,
efímero testamento,
que pasa junto al tiempo.
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