domingo, 25 de septiembre de 2016

ENCARNA GÓMEZ VALENZUELA


DEFENSORA DE LA VOZ Y LA PALABRA

Soy Encarna Gómez, una mujer amante de la vida, de la cultura, del saber y del arte. Vivo y bebo la palabra en forma de verso o de narrativa. Me gusta explicar con grafos mis impresiones sobre los seres vivos, las cosas y todo lo que nos rodea. Escribir es ser y estar, vivir y experimentar, latir corazones y sentir la proximidad de los otros, ver con tus propios ojos y con los de los demás. La literatura es una emoción que late en tu pecho y te impulsa a expresar con signos tus propias experiencias y lo que observas a tu alrededor, plasmar con letras y grafemas eso que bulle en nuestro interior. Soy y quiero ser escritora, desentrañar el verbo, el adjetivo y el nombre y sus acólitos y dibujarlo todo en la nívea superficie de un papel. Soy defensora de la voz y la palabra.



MEDITERRÁNEO

Este mar azulado y silencioso
que, soberbio, extiende su manto de placidez,
es el Mediterráneo, el mar de todos mis sueños.  
Sutiles mareas plateadas como lunas en sus ojos
cuyos hilos de luz en sus bahías de ensueño
   dibujan playas de benevolencia.

Gozosa y virginal marea de  almendros en flor
y de salobres caracolas sedientas de besos.
Liviana y grácil espuma, guipur de los espejismos
que se detiene en las arenas del verso,
   en el encaje pétreo de la poesía.

Cítaras que el viento mece alumbrando
la primigenia luz que destella este poema.
Versátil su flor, su espejo, sus olas de melancolía,
   en el sutil engranaje de su aureola.
Extraño puerto de mar, ámbito de despedidas,
hundido en el azul cobalto del agua.
Eres una golondrina viajera que alumbra el alba y
que sobrevuela los mansos cauces de su destino.
En la presencia obsesiva de tus ardientes deseos
la frigidez de tu playa yace como obsoleto navío
y en el velo de tu apacible delirio gime
el vacío de las cosas secuestrado hacia la arena.
Con un pincel de rubíes  quisiera dibujarte en mi pecho,
en la lívida piel de mi costado, en la carne rosa de mis entrañas
donde la sangre es arista y desatino ciego
    de los guijarros que alisan las olas.
Rojo amapola, mar incesante
en las alas vespertinas del poniente.
Las aguas mansas del mar soñado me sobreviven
y se curvan, cautelosas ,alrededor de la esfera
    de mi vientre.



 DILUVIO DE LUCIÉRNAGAS

Los pétalos de la deslumbrante orquídea de este mar
donde los barcos abanican su creciente balanceo de sueños
    me cautiva en sus arenosas playas.
Mar, siempre mar, presuroso y sutil, fosforescente.
Lívido acordeón de olas matutinas, trébol de los deseos.
Te retengo entre mis manos, te deslío entre mis dedos
de patas de gorrión cuando cantan las sirenas en el piélago
    para  apaciguar tu llanto.
Te viertes en el hoyo de mi pecho y, ebrio de mansedumbre,
clamas al cielo por tanto naufragio inútil. Bañas la fría desnudez
de los osarios y acallas el susurro de las gaviotas
mientras atrapas este corazón herido
    en el latido del agua.
En algún lugar de tu orilla, las aguas besan
los labios rojos del día y abren una ventana
al tiempo cerril de los espejismos.
Puñales de blanca sal hundidos sobre mi vientre,
son las olas que se agitan furibundas
en la ingrávida soledad de las playas
    de mi cuerpo.
El talismán impávido de tu piel se torna
hoguera incandescente  en los valles de mi cintura.
La sosegada caricia de las olas refresca mis mejillas
con delicados soplos de ternura.
Jamás conseguí esquivar la plácida espiral de tus delicias.
Sucumbí sin remisión al perfume embriagador de tu frescura.
Nada puede soslayarte, nadie desdeñarte puede.
Al final siempre vence la ingente prepotencia
    de tus oleajes.
Un diluvio de luciérnagas
es el roce de la luz sobre tus aguas.


3 comentarios:

  1. Maravilloso, queridos Lola Y Paco. Sois fantásticos. Un abrazo muy fuerte de Encarna.

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    1. Gracias siempre a ti, querida amiga en la poesía.

      Paco y Lola

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    2. Gracias siempre a ti, querida amiga en la poesía.

      Paco y Lola

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