sábado, 25 de septiembre de 2021

GUILLEN LOSADA

 



Para mí la poesía es un todo, desde los seis años estoy enganchado como  una droga.

Seudónimo literario de Antonio Sánchez Jiménez nacido en Montilla Córdoba en 1963. 

Comencé a escribir poesía antes de saber lo que era a los 7 años y a los catorce empecé a leer comenzando por el 27, poco a poco fui descubriendo un mundo interminable y aprendiendo de cada lectura de  manera autodidacta. En mi juventud tuve algunos premios locales  publicando mis primeros poemas en la prensa escolar y local. En 1992  publiqué el libro CON LA VOZ DOLORIDA DE LA HIERBA en 1993 fui  seleccionado para participar durante tres semanas en el FORO JOVEN  IBERO AMERICANO SOBRE LITERATURA Y COMPROMISO donde  pude aprender de algunos de los mejores escritores del momento.

Entre ellos Ana María Matute, Juan Goytisolo, José Saramago, Jorge  Amado, Mario Benedetti. También intercambiar experiencias y escritos  entre jóvenes de una veintena de países. 

Participé en cinco congresos de jóvenes escritores en Alcalá de Henares 1993/97, he publicado en una veintena de revistas de Montilla, Málaga,  Alcalá de Henares, Madrid, Mataró, Sabadell, Barcelona, Murcia, Algeciras, Sevilla, en especial en Conil (Cádiz) en la revista poética Azahar desde 1995, gracias a José Luis Rubio que desde entonces ha contado conmigo. 

El libro UNA LARGA CONDENA y el relato JUANELE editorial JAMAIS de SEVILLA. Incluido en una veintena de antologías, las últimas de encuentros poéticos. En 2019 publicó el libro ENTRE LAS OLAS DEL  TIEMPO. Soy miembro de Poetas en Red, Poetas de Ahora, Poetas por la Paz, Poetas del Atlántico y alrededor de cincuenta grupos literarios de Internet, el cual, apenas sé utilizar.

Mi otra gran pasión desde pequeño es la arqueología, me ha gustado estudiarla autodidácticamente, le tengo gran respeto a las antigüedades, que he ido encontrando fortuitamente a lo largo de mi vida (sin detector de metales), disfruto limpiándolas y restaurándolas.

  

POEMAS

 

LA SOLEDAD CUMPLE AÑOS

Yo sigo entrando a escondidas

por los establos, para escribir

palabras parecidas a los sentimientos.


Pero se me desgarran todas las actitudes,

me dejan solo en el patíbulo, para resolver

las meteduras de pata de lenguas espinosas.

 

Viajan con sus togas infladas de prepotencia

para justificar momentos vacíos sin destino,

mientras estas lágrimas no son escuchadas.

 

Y un regusto amargo y desgarrador circula

por las venas hasta las entrañas, explotando

su dogma de ave fénix en los grandes almacenes, 

que como jaulas venden hambre,

para cosechar publicidad barata para su santoral.

 

Ya no cumple años la soledad, solo melancolía 

en la esquina maliciosa donde el agua cosecha 

vergeles de tristeza a golpes de arrugas, 

esas que nadie reconoce como frutos de sus maldades 

en el limbo donde limpian los humildes.



HUIR POR LA REALIDAD


Apenas quedan barcos navegando en las olas

de una sonrisa para poder salir del anonimato,

hacia un horizonte libre de impuestos donde

los niños festejen el canto de los pájaros

y un sueño de humildad llene su corazón.

 

Nos hemos hecho débiles con el pétalo marchito

del viento en su deambular buscando vida,

tan solo encuentras piedras totémicas como barrotes,

como barrotes áridos nos aprisionan el camino 

hacia la ilusión que poco a poco se va destiñendo.

 

El síndrome de los bolsillos vacíos es como las mentes 

pegadas a un teléfono lleno de estupideces,

arriesgando el futuro de sus ancestros por saber 

el color de las bragas de la vecina, expuestas 

en el tendedero de trastos inútiles, sin elocuencia.

 

Mientras huíamos despavoridos de la hecatombe, 

la mirada de aquella niña de inocencia exuberante 

me habló con el silencio neutro del deseo perdido, 

en un mundo ahíto de atragantarse con medias palabras 

para tan solo avanzar un minuto en el atasco del domingo.

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