miércoles, 18 de octubre de 2017

ISABEL BERDUGO


Nací el 18 de abril de 1964 en la Residencia aunque, todos los años que he vivido en Cádiz,  ha gozado mi inspiración del precioso relicario jaqueado y frondoso que es la Alameda, destacando sobre el fondo azul intenso de la Bahía de Cádiz como la paz sobre la guerra.

En Cádiz me inicié en las primeras letras al tiempo que en mis primeros pasos, vocación que se ha afianzado con intensidad durante el resto de mi vida. Siendo joven ya frecuentaba las escasas tertulias de la tacita (acaso, la más joven). Fui archivera en la tertulia “Foro Libre” y redactora literaria en la revista de actualidad Cádiz Gráfico. Participé en la editorial “Tántalo” desde sus comienzos, siendo actualmente secretaria de la misma, que en 23 años de existencia alcanza el número 81 de revistas culturales publicadas y 84 de libros editados; de los cuales 12 son de mi creación entre poesía, novela y ensayo.

Mis últimas publicaciones son en la madrileña editorial Vitruvio con los títulos: “Retablo de Agua” (2015), “El País del Silencio” (2016) y “La Perpetua Armonía” (2017). Precisamente, la firma de mi primer contrato con dicha editorial motivó mi afincamiento en Chiclana desde Jerez para recobrar aquí, en la mar gaditana, la inspiración más fresca.


Colaboro con el grupo editorial “Publicaciones del Sur” desde mi columna “La Pensadora” en los periódicos “Cádiz Información”, “Jerez Información” y “Viva. Campo de Gibraltar”, contando desde mi juventud con una extensa trayectoria en medios de comunicación locales y todo tipo de actividades culturales: conferenciante, tertuliana, asociacionismo, presentaciones literarias, antologías diversas, etc.
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Pureza regeneratriz,
Pureza sin partícula,
Esencia de la bella conciencia.
Personalidad plena.

Imposible, mas es real ¡Es!
Realidad, ¿Cómo te aglutinaron
Los pinos? Pinceles ya.
Empapados verdiazules, toscos
Topacios, ópalos, aguamarinas,
Montes verdes, mares grises,
Flujos de rompientes rencorosas
cuando en fango y lodo todo.

Circunferencia oscilante,
Terror de muerte, inestable.
Quieto horizonte, perfecto y plano
Sin canalla. Azul amatista. Y verde orilla.
Pureza perfecta, uniforme.
Cae la tarde, pesada diletante.
Plomo sin ráfaga de vida.

La gaviota argéntea, horizontal,
Bailotea, baila, gigantesca especie.
Los cables, sin viento
Reposan sobre la humedad
Pesada turquesa, gris profunda sintonía
De perfecta acción simétrica.

Afectación sin escrúpulo,
Acaso los ojos más sinceros
Despejados de velos
Se presumen sin la humedad
Del hielo, sin cristales clavados,
Espinas en corona,
Panoplia de luchas imperceptibles.
Grandes, inmensos, velos tras velos
Irises heridos multicolores,
Grandes, gigantescos europeos.

Mis manos sin descanso, te buscan.
¿Dónde el placer de la pureza
Densa y absoluta del hielo?
¿Se abre al miedo, camuflado
entre nieves perpetuas, el placer?

Hermosura rotunda, excesiva,
No se deja ver, velada en brumas,
Sueño e ilusión duros.

Mástiles clavados en los esteros,
Vuestra inocencia, madera corrompida
Entre la niebla se espesa.

¡Qué magnificencia!¡Vuelva la marea
En alientos de vida sin contrarios!
¡Nos ahoga la inepcia, la violencia!

Es mi tierra, mi poca tierra.
Mi fango pisado en hondas
Faenas labradoras de la mar
En lo profundo antiguo.

¡Qué orgullosa está la sal!

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