Natural de Tarifa y nacido en 1957 reside en San Fernando desde 1965. Terminó los estudios de Magisterio en Cádiz en el año 1978, y ejerció como maestro de Educación Especial hasta el año 2005.
Desde el año 2009 ha ido publicando escritos y poemas en la revista Pléyade de la Tertulia Río Arillo de San Fernando a la que perteneció. Ha colaborado en la revista digital Ariadna r.c.
En su afán de escribir se ha “recreado” en la realización de aforismos, relatos, artículos, narrativa de estilo ensayístico y sobre todo poesía.
Ha participado en todas las convocatorias de Poetas de Ahora y compaginado su dedicación con la creación y publicación de los siguientes libros:
La jubilación del delantal, Hoy es todo lo que tengo, Poemas de Andar por Casa, Aries prosopoético, Poemas entre ventanas y una carta desesperada y Alejandro, Andrea y la cigüeña Dorotea
LA CANTINA DEL TITI
Del mar del recuerdo son las aguas de la Bahía.
Música suave de olas, la quilla dormida,
de cantos de gaviotas y aires marineros.
De barraca incrustada en el tiempo,
de isleños y foráneos de la Isla.
En la ensenada de Ossio y anclada de por vida;
se siente, se huele, se paladea
con el retrato de Cádiz al frente,
el agrado de sus tripulantes y la gracia de la Cantina
que, sonrisas en bandeja, te llevan a la mesa
la vajilla perfilada de paisaje y rica comida.
En arena de playa
dejan sus huellas los comensales
a la hora de la despedida.
Pero, al mirar atrás nadie se olvida
de lugar tan centenario
Ni de pensar en un: ” hasta otro día”…
Por eso el que se va siempre vuelve al escenario
del mar, de la paz, la frescura, la algarabía, …
De la tierra de pescadores y de la buena cocina,
del buen trato, del afecto y la simpatía…
De un rincón de tradición por “El Bartolo” conocido
Donde el agua te lava los pies
y la mirada se vuelve agradecida.
¡Ah de la Cantina del Titi!
¡Ventana abierta al cielo de la Bahía!
LOS FRUTOS DEL SARTÉN
Dedicado a Churrería Madrid 1883
En el nombre del Padre,
del Hijo,
y del … del “ángel aquel”,
que cual en “Espíritu Santo”, nos
bendice mediante churros trenzados
y porras crujientes desde el ochenta y tres.
Que con manos aceitosas de cariño
avivan en grandes y pequeños
los ánimos dormidos y mañaneros
de las almas que madrugan,
que vienen del insomnio
o de la frialdad de la calle;
que huyen de la siesta
coloreando los caminos
en tardes de merienda.
Almas clientelares amasadoras de la vida
que bañan la harina bien vestida
en vidrios ansiados de alientos
para dar forma, mientras se zambullen,
a las mañanas que viven de sueños.
¡Por todo sitio calor-chocolate,
fruto dorado…
amor humano es el pretexto!
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