AYER,
aparte de coplas carnavalescas, me dediqué a la poesía, con talleres escolares y lecturas; pertenecí al grupo “Zabayo” y “Autores docentes de Cádiz”, teniendo más de cien libros preparados y tres impresos: “Callada Zúa”, “Larvario” y “Desde el verano aquel”.
Colaborador en eventos y participante en encuentros y lecturas, aparecen poemas míos en varias antologías y revistas literarias.
También comenzó a gustarme la escritura en prosa.
HOY,
Jubilado, sigo con Talleres poéticos y Fomento a la lectura en Educación Infantil y Primaria, presidiendo además el Premio Poético “María Luisa García Sierra”, de Bornos.
En lo creativo me dedico a la narrativa y al teatro, con catorce novelas escritas (ocho publicadas) y decenas de obras teatrales para adultos y otras tantas infantiles. Soy cofundador del grupo. “Fontanar Teatro”, que ha representado algunas de mis obras.
Con tres nietos, me espera un
MAÑANA,
ilusionante, posiblemente productivo y. a lo mejor, prolongado.
SI SUPIERAS
Si supieras lo que busco,
si supiera lo que buscas.
¡Si supiéramos buscar!
Lágrimas secas nos rondan
sin equipaje de abrazos,
vagabundos forzados
a caminar sin buscar
ahondados en olvido,
que la memoria es destronada
por un pasado sin respuestas
y un presente sin interés.
Si supieras adelantarte al futuro,
pero se anula a sí mismo,
arrinconado en el conformismo
de su efímero relegar
al ser presente sin remedio
en el ingrato instante de su muerte,
consecutivas cuentas sin rezo,
amnesia distraída en compartido sollozo.
Si supieras llorar para mí,
si supieran mojarte mis lágrimas.
Si supiéramos compartir
la búsqueda siempre postergada
y separar descuido de indiferencia
para leer el mensaje de la luz
y el silencio de los errores.
Si supieras del dolor ajeno,
si supiera consolarte…
¡Si supiéramos morir!
Como el humo invade, igual llegamos
cargados de energía aparente
y al poco diluirnos la realidad,
comprometidos solo con el destino
que rompe esquemas, ilusiones
e incluso versos sin escribir.
La noche se nos hace larga
necesitados de comprensión y compañía,
muy corta cuando deseamos huir
y carecemos de luces a las que acudir,
crisálidas sin alas consistentes
por mucha ansia de vuelo que alardeemos.
Nos falta calor para abrazarnos,
que se lo llevan vientos de odio
como oleaje de inesperado mar
de sangre revuelta y orillas vetadas,
nos sobran brazos y aliento
con la humanidad hecha trizas.
No se divide el cielo con los trazos blancos
del tiralíneas perfecto de cada avión,
simulacro de ángel de metal que araña,
como es espada en el mar la quilla
o voluntad perdida cada sueño
roto en los rompientes del respirar.
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