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jueves, 6 de noviembre de 2025

ROSARIO PEREZ VILLANUEVA


 Nació en La Línea, 1974. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla, trabaja en comunicación corporativa. 

Fue redactora de Europa Sur, Reach, 8Directo y responsable de prensa de la Subdelegación del Gobierno de la Junta de Andalucía y la asociación AlCutura. Colaboradora de Onda Cero Algeciras, firmó durante 18 años una columna en ‘Hoy por Hoy’ Radio Algeciras (SER), recibiendo en 2015 el ‘Premio José Luis Tobalina’ de artículos periodísticos (Ateneo José Román). 

 Autora de la novela “Las fronteras de la memoria” (Caligrama, Penguin Random House) y el poemario “Tardes de incertidumbre” (Estrecho de Periodistas), ha participado en recitales en Café Teatro y OpenMic “Ganas de versos” y publicado en Hércules, Dos Orillas y La Torre de Montaigne. En el XI Encuentro Poetas de Ahora (San Fernando, 2024) leyó algunos poemas, que están en ese libro y en “La tierra de Calíope” (Imagenta), antología de poetas del Estrecho.


DECEPCIÓN


Yo quería esperarte.

Más allá del incendio y de la lluvia,

yo quería esperarte.

Y esperé con un hilo

de esperanza

(como se espera cuando ya se ha perdido),

en el gélido desierto

de mis noches a solas,

en el ruido incesante

de los días con prisa.

Te esperé con la vana rebeldía

de negarme a darme por vencida,

a pesar de la lógica aplastante

de las hojas arrancadas en la agenda,

de los gritos que esconden

los silencios.

Y en la ventana entreabierta

de cada madrugada,

en la rabia contenida

de quien teme el engaño,

en la pena callada

por lo nunca vivido,

las maletas no hechas,

el recuerdo borroso

de las cosas a medias…

Más allá del calor y del frío,

del orgullo vencido

y de la pena infinita...

Yo dejé de esperarte.


DEL VACÍO


No consigo hacerme a la idea

de que no me necesitas.

Amparada en la burbuja

de la vida cotidiana

y sus miserias,

voy dejando que transcurran los días

sin que duela que no vuelvas a buscarme.

Lo logro, a veces,

solo a medias…

El resto del tiempo me pregunto

por qué no puedo ya encontrar

el atajo,

el camino más corto

a la complicidad aquella que tuvimos.

Y me pregunto, también,

donde perdí la llave que abría

ese corazón vulnerable

que llegué a sentir en paz,

junto a mi espalda,

aquella noche infinita, hace ya tanto,

cuando nada presagiaba este vacío.

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