Era el año del señor de 1942 y nací donde tenía que nacer,
en ‘Romiya’, pedanía de Chauchita, (Granada). Hijo de Antonio y de Luisa, de
nacionalidad Andaluza al rescoldo de una llama que, en la vega de Granada,
alumbró antes que yo. Él fue un poeta con garra; yo, pobre de mí, no soy
nada. Pero su alma se agita dentro de esta cavidad que da sentido a mi vida y
sin él no viviría.
Trabajos publicados: Alguno pero lo importante para mí es
vivir para y por la poesía, ya que para lo que me queda mejor (entre tanto
putrefacto), los años me dicen que mejor vivir en paz dando todo lo que tienes,
al servicio los demás.
Además, poco interesa, quizás ‘na’. Ahí andamos por los
caminos llenos de zarzas, recogiendo imágenes del verde que te quiero verde y
envuelto entre sus ramas, por la Castilla profunda. Hoy… va deambulando mi alma
recordando en cada trocha, a la tierra mía.
Un hombre del Cobre de Al -Yazirat Al-Jadra, Valderrubio
¿El pueblo olvidado de Lorca?, Los Ángeles están en Orduña, El Cobre
(Algeciras) Su Historia, su riqueza y sus Personajes…
Sigo caminando por las veredas de
antaño, revolcándome en el barro, dormitando en la era mientras el trillo y las
mulas dan vueltas y vueltas a la esencia de mi vida… Largo es el camino y
limpias las veredas por donde antaño caminaba con las cabras y cuidaba los
pavos entre cañaverales de ríos abiertos cuyo caudal atraparon los sentimientos
que llevo dentro buscando al poeta de la Fuente el que aligera mi cuerpo y da
alas a mi alma, para ser libre en mi huerto. Y soñando con mi tierra y con
volver a su encuentro.
CINCUENTA
AÑOS DE LLUVIA
Llegaron
las lluvias del invierno.
Ateridos,
se refugiaron en una cueva,
secaron
su cuerpo y la candela les enardeció.
Durmieron
abrazados,
dándose
el calor que sus cuerpos precisaban.
En
consonancia con la pureza de sus almas.
Soñaron
juventud y trapos viejos.
Sintieron
mocedad tan añorada.
Se perdieron
los dos en la pradera
disfrutando
del día y de la noche.
Cantaron
canciones trasnochadas,
reales y
sublimes llenas de esperanza.
Amaron lo
inenarrable.
Se
quisieron como nadie les quiso.
El viento
limpiaba sus rostros de lágrimas.
Se
sintieron libres como él.
Sonrisa
placentera fluye de sus ojos
que
dominaban con orgullo la solana.
MUJER
Y NIÑA
Ese niño
que tú has recompuesto,
que no
sabía ya jugar con muñecos.
Que
sentía deshecho su corazón.
Le has
recogido y puesto en la arena.
El agua
de sus ojos ha manado y
su río ha
sabido encauzar.
El amor
que de su cuerpo ha brotado.
Es aún
fuego rescatado de
presidio
ancestral.
El querer
hace vida patente y,
sonoro,
le brota del corazón.
Se hace
grande y noble
cruzando
su río cual joven arroyo
de agua
limpia,
brotada
de manantial.
De las
choperas, su sombra le alcanza,
se
reclina para descansar.
El
murmullo de un gorrión que
alegra
sus cantos se hacen notar.
¡Cuánto
amor desfoga su pecho!
No podrá
desprenderse de él
hasta el propio asiento final.
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