domingo, 16 de octubre de 2016

EUSEBIO ORIA DOMÍNGUEZ



¿Pajaritos en la cabeza?
A veces creo que lo de acabar afincado en el Estrecho de Gibraltar fue cosa del destino, para que todas esas miles de aves que cruzan cada año, tuviesen un lugar más donde descansar antes de continuar viaje, sobre el desorden de mi atestada azotea. Y es que cuando uno nace de una manera… Tras treinta años espantando pájaros, matando versos, tratando de ir con la corriente, en definitiva, parecer un borrego más del rebaño; un día me cansé. Harto ya de tratar de ser lo que uno no es, me dije “pos ya pa qué”. Y claro, el siguiente paso, aunque inesperado e ilógico fue consecuente con el nuevo orden: escribir poesía. ¿Por qué? Quizás porque nadie está más loco que un poeta, ni a la vez, más cuerdo. Nadie sufre más y a la vez disfruta con lo que hace. Me vino al pelo.   
Me gustaría decir que entonces salí del armario de las letras, pero me quedé sentado en la puerta viendo el ambiente. Así conocí a la gente de mi grupo: la asociación cultural Academus. Con ellos me inicié en la maravillosa locura que es la organización de actos culturales, la intervención en radio, tv y la participación en revistas y tertulias literarias. Más tarde me incorporé también a la asociación poética José Luís Cano y he colaborado con otros grupos. Incluso, gracias a mi buen amigo Juan Emilio Ríos, colaboré en la organización del II Encuentro Poetas de Ahora, celebrado en Algeciras.
A día de hoy, sigo con mis pájaros y continuo viaje como mochilero a través de este extraño mundo de los juntaletras, abiertos los ojos y el alma al aprendizaje.

A BELLA ELISA
A ti,
hija mía,
adolescente,
niña desdibujada.
A ti te debo el salir
del redil de lo cierto,
del salón de la razón.
Llegaste reclamando sueños y quimeras,
rompiendo el silencio.
Hiciste volar de nuevo
al viejo dragón escupe-cuentos.
A ti te debo el cielo que surco
y el mar que planeo y percibo.
Tú me alzaste del suelo duro.
¡Volemos juntos!
por los coloridos mundos que pintas.
Con suerte limpiaré mis pies
de cinismo y cenizas.


TIEMPO DE OTOÑO


Me pregunto cómo serán tus ojos,
tus manos,
tu pelo,
cuando llegue el otoño.
Si seguirá habiendo algo de fuego
en nuestros cuerpos.
Si seguirás mirándome con ese brillo.
Si nuestros besos seguirán siendo nuestros besos.
Fantaseo con la idea de vernos paseando
cogidos de la mano como siempre,
empujando nuestros cuerpos
hacia la luz del ocaso.
Y veremos orgullosos a nuestros hijos y nietos
y estaremos para ellos
aunque nos pesen los años,
y aunque nos pesen los sueños
aquellos que no cumplimos.


Seguirá siendo verano
en nuestros corazones
aunque las hojas del calendario
se nos caigan por momentos.
Y seguiremos juntos a pesar de todo
a pesar de todos
a pesar del tiempo.
Seguiremos juntos.
Prométemelo,
prométemelo.

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