De
Ronda, Artista, Diseñadora e Investigadora plástica
del arte de hacer visible lo invisible. Cada escultura, cada ilustración,
escrito o danza que hace nacen de un
proceso vital de investigación. La
propia creación le es un medio para seguir
vislumbrando y expandiendo la percepción. Y considera la técnica no como un fin, sino como un medio a través del cual damos nacimiento a lo
genuino en nosotros.
Se ha labrado una carrera de diseñadora desde el 2007, que ha ido madurando con el tiempo hacia la psicología del diseño. Detrás de una imagen potente siempre hay una historia que conecta con los sueños del que mira.
La vida se lo puso fácil para iniciarse en la docencia, y se enamoró de esta labor desde el primer contacto. Una de sus maestras le dijo un día que “quien no sabe guiar, no sabe seguir” y como es una curiosa innata autodidacta que le encanta aprender se lanzó a guiar grupos. En estos espacios comparte desde la práctica su experiencia de transitar el puente de la imaginación a lo tangible, dando forma a lo invisible.
“Cada arte tiene su misterio, su ritmo espiritual” D.T. Suzuki
Agueda pertenece a la Unión Nacional de Escritores de España, UNEE y a la Asociación Cultural ARTEatro 13. Ganó el Premio local de poesía sobre la temática “La Mujer” en el certamen de poesía de Manilva, 2022. Ha colaborado en la publicación de dos antologías poéticas con 13 de sus poesías. Crea performance de textos de otros autores con su danza, a lo que llaman poesía en movimiento. Actualmente se encuentra en la elaboración de su primer libro.
Dulce otoñal corazón
Deja caer lo
que quiere caer,
de lo
contrario te arrastrará.
Carl Gustav
Jung
Dulce
otoñal corazón
en
constante incendio y caída.
Explosión de
colores del fuego
adentrándose
en templado invierno.
Quebradizo,
entregado al vuelo.
Soplo
suave para no desaparecer
en
estos párpados que en su atardecer
despliegan
la imagen del lejano eros.
Reflejos
a la luz del abrigo
no
de cualquier sueño,
me
toman hasta embriagarme
entre
destellos de una fantasía
que
mantiene a esta vida
pendiente de
un ligero eco.
Soltando
amarras de un paisaje
recorrido en
un millón de sueños
que
antaño fue de buen cunero
y
que hoy grita, ¡vete!, a mis 4 vientos.
Soltando,
soltando,…
las hojas
cayendo.
Recogiendo
la antigua morada,
desmudando
hacia el gélido invierno.
Mendigos
de amor
Tantos
sueños mendigando en cuerpos entumecidos.
Tantos
sueños perdidos en ojos dormidos.
Tantos
sueños versionados en pesadilla
porque
no caben por tan pequeña mirilla.
Tantos
sueños de leones domesticados en gatitos.
Tantos
sueños repetidos, que en tantos ha latido.
Vidas
que más que casas fueron testigos.
Prisiones
sin ventanas.
Ahogados,
ignorados, vencidos.
Tantos
sueños mendigando en cuerpos sordos.
En
anfitriones sin fiesta,
en
salas de esperas eternas,
en
nudos en la garganta,
en
chepas de piedra.
Tantos
sueños ensordecidos.
Tantos
sueños transformados por el juicio.
Tantos
sueños...
tantos
cuerpos...
Tantos
sueños guardados en la despensa,
tantos
cuerpos inodoros de su esencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario