jueves, 29 de septiembre de 2016

CONCHA GOROSTIZA DAPENA


       Nací hace unos cuantos lustros en Madrid (El Foro), como lo denominaban los literatos antañones. La mayor de tres. La fémina de la familia, mamá a parte, porque las mamás son eso mamás. Estaba aún en primaria cuando comprendí que lo mío era escribir. Siempre me daban sobresalientes en las redacciones. Amo escribir, leer y declamar. Porque también el teatro es importante para mí.

La familia solía decir.- ¡Que imaginación tiene esta niña!  Y escribía y contaba historias y cuentos no chinos precisamente; eso lo dejo para Lao Tse.

Las primeras poesías escuchadas por mis infantiles oídos las recitaba y por cierto bastante bien mi padre. Empecé a amar los clásicos de todos los tiempos de la poesía española. Lope de Vega, Quevedo, Zorrilla, (a Zorrilla no exactamente por Don Juan, escribió desde luego cosas mejores pero no tan populares) Jorge Manrique, Lorca, Juan Ramón, Rosalía, Lucia Sánchez Saornil, Julia Uceda, Juana Castro… Seria interminable la lista de fabulosos nombres de poetas de nuestra literatura.

Traviesa e inquieta, curiosa, aventurera  y romántica y la poesía me colma de todo eso que mi alma y evolución y crecimiento personal necesita. Porque escribir poemas es la mejor de las aventuras. A través de los versos puedo recorrer esos mundos insólitos que cual Concha la fantástica, ansío poseer y puedo gritar, llorar, amar y lanzar mis “quejios” al viento con la esperanza siempre maravillosa de que al menos una mínima parte llegue al corazón de quienes sienten como yo POETAS.


Mar

Mis pasos me van llevando
hasta la orilla del mar.
Me paro y siento
que te tengo que acariciar.
No son mis pies desnudos
los que se acercan a ti
eres tú quien con suaves olas
colmadas de blanca espuma,
la que cantarina e inquieta,
flirteas traviesa, fresca
y con ese dulce vaivén
me arrullas, me besas.

Siento un tenue cosquilleo
que me hace muy feliz
te miro, te abarco con la mirada.
Al hacerlo soy consciente
que eres no sólo esa mar,
de ondinas sonrientes, traviesas, coquetas,
en suave balanceo inquietas.

Eres espíritu imponente, poderoso
a veces rugiente que al mundo pavor inspiras,
cuando te alias con los vientos ,
que en grandes remolinos
te levantan en majestuosas oleadas,
y las otrora afables ondinas
sacudiendo sus cabelleras
cubren sin dar tregua las zonas costeras.

Eres eso y mucho más.
Y esa fuerza me enamora,
me hace estar plena y henchida
cual mujer enamorada
suspirando blandamente
ante el objeto de su amor.
Me has traído hasta esta orilla
y me dejo tocar y adular.



Tiempos adversos

No son buenos tiempos
no hay paz ni armonía,
Están todos los mundos
mas alejados cada día.
El Universo da la pauta,
se expande y la espiral
cada vez más alejada
de la primera explosión
no puede recordar el motivo
por el que a si mismo se creó.
Sin embargo su único brazo
va recogiendo a su paso
todo lo encontrado
en colosal abrazo.
Hay dentro de su núcleo
mucho para compartir.
Lo tuyo y lo mío
En solidario y armónico binomio
De universal paz.

Pero, ¿si eso es así? si la creación,
y el nacimiento del mundo,
tiene el firme propósito
de que todos seamos uno…
¿Por qué surge la violencia?
Yo no soy más que tú,
ni aquel más que ninguno.
¿Por qué mis pertenencias
con deseos obscuros ambicionas?
¿Por qué envidio las tuyas
y sufro al no poder tenerlas?
Preguntas y más preguntas
que no obtienen respuestas.
Y no podré conseguirlas
mientras se grite cada año
por la paz y la no violencia ansiada.
Clamores que no son nada
si no trabajamos codo con codo
para que se transforme, la utopía en realidad.

2 comentarios:

  1. Gracias por publicar mi poema. La música de fondo del blog me encanta.

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    1. Gracias Concha, intentamos que cada paso dado en este nuevo encuentro sea especial.

      Un beso

      La Organización

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