sábado, 22 de octubre de 2022

MARI CARMEN JIMÉNEZ MARTÍN

 



Soy M Carmen Jiménez Martín y vivo en Sevilla.

Desde pequeña soy un apasionada y fiel lectora de literatura en todos sus géneros. Mi interés por la poesía en particular, viene desde pequeña cuando escribía pequeños cuartetos de amor al más puro estilo Becqueriano en momentos de puro romanticismo. Posteriormente,  a medida que he madurado  la  temática ha ido cambiando, abriendo el abanico a una variedad de  temáticas de contenido   social e incluso político, sin perder de vista  el amor; el amor  en todas sus formas y dimensiones: amor a la vida, a la naturaleza, a las personas, al arte, a los animales..., y también al desamor.

Y estas Poesías que presento hoy en este nuevo ENCUENTRO DE POETAS DE AHORA, son una muestra de ello.

Tanto la primera poesía 'EL UNICO AMOR POSIBLE'  como la segunda: 'FESTIN FRUSTRADO' corresponde al Poemario 2022: ' TOBOGANES DE LUCES Y DE SOMBRAS'.

 

 

El ÚNICO AMOR

 

Existen esos momentos en los que una no sabe si  ama o si  es amada;

Momentos en los que se navega en la nada del amor,

Con la mochila cargada de equipaje,

dando trompicones a ciegas

Con los toboganes danzando a todo gas en las luces y en las sombras,

maquillando los sueños de los amantes,

como si la pasión fuera la única certeza absoluta para certificar el amor.

 

Pero el péndulo  va y viene

cargado de mieles y rosas con espinas;

El péndulo del amor que va y viene

mientras suenan los aspergios

en Do Re Mi mayores y menores.

El principio y el fin que mueve el universo,

con más o menos desmayos en el tiempo,

garantía de que la llama resucita

también en los vaivenes del infierno,

estrangula los fantasmas,

Y descarga la mochila de equipaje.

Un transcurso de coste incontable,

donde se libera la condena del saber,

las luces y las sombras,

Y se sigue adelante con la única verdad acuesta: la inexistencia de un único y verdadero amor que colme todos los  anhelos y esperanzas;

Salvo el amor de una misma hacía sí misma.

El amor a sí misma,

que como un péndulo,

 

gira a uno y otro lado,

Sintiendo, por fin,  que ama y es amada.

 

 

 

FESTIN FRUSTADO

 

Nadie ha venido esta noche a cenar,

Y los manjares permanecen sobre la mesa vacía,

Los collares dispersos entre las sillas vacías,

esperan las manos que los recojan

Y los hagan brillar en el banquete.

Todo parece en su sitio.

En suspensión, gritan un rescate inesperado,

que los ojos  brillen ebrios

alrededor de la  mesa tan llena de todo

Y tan vacía  al mismo tiempo.

Todo permanece en su sitio

aunque  el decorado ya huele a chamusquina a medianoche,

y las luces en el escenario aún siguen

 

encendidas,

a la espera de que la función comience.

 


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