sábado, 22 de octubre de 2022

JUAN ANTONIO ALMANADO

 



Nacido en 1963, Juan Antonio López Fernández pasó su infancia y adolescencia en Algeciras, su ciudad natal. Después de contraer Matrimonio, fijó su domicilio en Los Barrios y vivió allí durante más de quince años, formando una familia de cuatro hijos. Más tarde recaló en Manilva, donde se estableció y lleva alrededor de dieciséis años viviendo. En su juventud, estudio Arte en la escuela de Arte y oficios de Algeciras. A los veintiséis años se matriculó en Derecho por la UNED, pero debido a su trabajo y a que con esa edad ya era padre de dos hijos pequeños, tuvo que arrojar la toalla antes de terminar la carrera y desistir de su objetivo. Años más tarde realizó los estudios de Auxiliar de Veterinaria, tentado siempre por el gran amor que siente por los animales. Su corazón de artista lo ha perseguido desde temprana edad, cautivándole cualquier forma de arte. El retrato y la poesía son su fuerte. A los cincuenta y seis años decidió dar el paso de convertirse en escritor y adoptar el seudónimo de Juan Antonio Almanado, fruto de un laborioso batiburrillo con las iniciales y el nombre de sus cuatro hijos y su esposa.

A pesar de su corta vida como escritor. Juan Antonio Almanado cuenta ya con varias obras publicadas de la mano de su editorial Exlibric. Tras su primer poemario. Poesía para la humanidad, lanzado al mercado en julio de 2020, vuelve a irrumpir con fuerza con dos libros casi simultáneos: El último suspiro del planeta y Poesía para la humanidad traducido al inglés. En marzo de 2021 publica su libro más reciente de Andalucía a la Habana.

Por otro lado, su poema “Amor de luna” fue seleccionado entre otros autores, para la publicación del libro Poetas Nocturnos, sexta edición.

Además, ha colaborado con la revista sobre poetas latinos de Uruguay, así como en un libro de poesía sobre animales, con otros escritores de México.

En 2022 ha colaborado con varios escritores de Manilva en el libro “Raíz de verso”.

 



¿EN BUSCA DE LA FELICIDAD?

                                A los migrantes

 

Nubes de algodón,

observadas con ojos lluviosos de envidia.

 

Arcoíris de colores, siempre mirando al sol.

 

Lágrimas perdidas en el fondo del mar.

 

Irrefrenable devoción,

por un mundo saturado de espejismos,

tan frágil como el cristal.

 

Ilusiones flotando,

en una travesía exenta de calma.

 

Corazones náufragos,

con el azar por bandera.

  

Infinitas almas repletas de decepciones,

precipitados sueños rotos.

 

Vidas ricas en esperanza

y pobres de realidades.

 


LOS TOROS DESDE LA BARRERA

(al otro lado del abismo)

 

Llueve en la casa de en frente.

 

La tormenta sopla fuerte y la veo pasar,

sentado desde mi confortable sillón.

Muchos hablan, otros critican,

pero pocos gritan al viento

en contra de la injusticia del temporal.

Tan sólo se apresuran a pasar página

y mirar para otro lado,

porque piensan que nunca lloverá sobre sus cabezas.

Si un día te vieras sentado en la misma silla

de tu vecino,

otro gallo nos cantaría.

 

 



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