sábado, 22 de octubre de 2022

JUAN EMILIO RÍOS VERA

 



Juan Emilio Ríos Vera nació en Algeciras (España) en 1966.

Licenciado en Filología Hispánica. Presidente del Ateneo “José Román” de Algeciras y de la Sección VI del Instituto de Estudios Campogibraltareños. Presidente de la Agrupación Poética “José Luis Cano”. Socio del Ateneo Republicano “Blasco Ibáñez” de Valencia y de la Asociación de Poetas pro Derechos Humanos.  Premio "Aljabibe" de Poesía en 2012. Escudo de Oro de la Unión Nacional de Escritores (2014), medalla de san Isidoro de Sevilla de la UNEE (2018), insignia de oro de la ciudad de Algeciras.

Poeta, narrador, articulista y novelista.

Presidente fundador del Ateneo de Manilva.

Pregonero de la Feria del Libro de Algeciras, dedicada al Ateneo de Algeciras en 2019.

Presidente del club rotario Estepona-Sotogrande International, que preside desde Julio de 2021.

En 2021 ha recibido entre otros galardones la Estrella Dorada, que concede el colectivo Utopía Poética Universal, y el Escudo de Plata de la Unión Hispanomundial de poetas y la medalla al mérito literario de la Comunidad literaria de lectores “Pájaros del alma”.

Entre sus obras destacan: Engendros de la ira (poesía), La última columna antes del precipicio (artículos periodísticos), El caserón de la malmuerta (relatos), La mujer esqueleto (leyenda ilustrada). Ha publicado su primera novela: Abdul, el moro asturiano junto a Ahmed Ksiri, y tras El regreso de la golondrina, ya trabajan en una tercera que se titulará Todos los colores del cielo.

 

Reside en San Luis de Sabinillas (Manilva) desde 2005.

 



MIEL EN LA HERIDA                 A LAS MUJERES MALTRATADAS

                

 Te besaré cada una de tus cicatrices

con mis labios bañados en miel

y sándalo que palien tu dolor

antiguo y latente.

 

Acariciaré con mimo y paciencia

cada centímetro de tu carne

lacerada, restañando el daño

y restaurando la vida.

 

Me dedicaré en cuerpo y alma,

amor, a que te sientas, al fin,

mujer plena, mujer nueva,

y olvides los insultos y

las vejaciones que recibiste

de un mal compañero de viaje.

 

No es menos hombre el que

se sabe igual a la mujer,

a veces, incluso, superado

por su maravilla.

 

Ven, mujer, que se acabaron

los atropellos y ahora

empieza el tiempo

de los abrazos

y los besos,

de compartirlo todo

de igual a igual,

sin proyectar las frustraciones

sobre el otro.

 

Miel en la herida.

Caricias en la cicatriz.




MORIBUNDIA

 

Aún no he aprendido a olvidarte

y ya tengo otra vez

que amar tu cuerpo

que siento como extranjero,

como exquisito cadáver

de rosa moribunda.

Déjame, por favor,

que te olvide para siempre,

para volver

a tenerte plena,

para volver a amar

tu cuerpo vivo,

apetecible,

despierto.

 

                         

          


No hay comentarios:

Publicar un comentario