sábado, 5 de noviembre de 2016

MAR MARCHATE


Escribir versos es escuchar el ritmo interno de la vida con la musicalidad de la metáfora, con la fascinación de un mundo que el poeta no entiende y donde él mismo es, a veces, también, un incomprendido. El poeta mira con ojos de lunes y deshoja domingos para arrancar semanas del calendario de un tiempo que está por venir o que se fue ya de entre sus manos… El poeta llora, el poeta ríe, el poeta vomita mariposas de colores cuando sufre de amor, el poeta siente en asonantes, su vida a veces es un conjunto de paralelismos sin salida que necesitan un final en verso libre.



A TUS PIES

A tus pies, descalzos...
Quisiera aprender tus pies
descalzos.
Cada surco, cada herida,
cada nudo y cada rasgo.
Cada uno de los pasos que hayas dado,
los caminos que has andado...
Tus pies, son tesoros secretos
descalzos.  

 

SINALEFA DE DOS CULTURAS

Son tus aguas profundas e inseguras,
puente entre dos culturas: alegría y amargura.

Aves de paso cruzan de un lado a otro la bahía,
dejando atrás Europa, buscando mejor vida.
Especies marinas nadan en desigual travesía,  
surcando aguas saladas, de Marruecos a Algeciras.

Eres contraste de opuestos, eres alfa y omega,
eres principio y fin para Hércules, estratega,
quien en ti sus columnas puso como final de la tierra.
Eres antítesis de culturas; europea y africana,
pero eres también sinalefa de dos tierras hermanas.

Que no separen las aguas lo que fue única tierra;
que la misma raza hermana llame al corazón, no a la guerra.
Que la tragedia humana espera en oleada, dentro de cada patera.
Que cada hermano que cae es de la misma tierra,
tiene la misma madre..., y sangra la misma hembra. 


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