El escribir, poesía o prosa, surge como una necesidad
interior, como un impulso inexplicable. Y escribes. Llegas a comprender
(deformación profesional por eso de ser profesor de Lengua y Literatura) que la
poesía tiene profundas exigencias formales, que el poema no es lo que dices
sino como lo dices. Te sometes, pues, a las exigencias del verso. Te esfuerzas
en cumplirlas y, entre conocimientos teóricos (técnica) y necesidades
expresivas, vas jalonando tu vida de poemas.
Cuando era un joven estudiante de bachillerato,
un profesor me dijo: “Te hemos dado el primer premio de cuentos. Pero los
poemas que has presentado son muy malos. No vuelvas a escribir poesía”. No pude
hacerle caso. Pero me obligué a mejorar la forma, a hacer el esfuerzo de pulir
y pulir. Durante muchos años, tuve reparos para mostrar mi obra poemática. En
1975, me decidí a publicar mi primer libro, Fuego sordo, donde planteo la
necesidad ineludible de escribir poesía, aunque no sirva para nada. ¡Bendita la
utilidad de las inutilidades!
Antonio García Velasco es natural de
Fuente de Piedra (Málaga). Ha sido Profesor de Universidad del Departamento de
Didáctica de las Lenguas, las Artes y el Deporte, Facultad de Ciencias de la
Educación, Universidad de Málaga. Doctor en Filosofía y Letras (Filología,
Sección de Filología Hispánica)
Columnista habitual de prensa y
colaborador de la revista de crítica literaria PAPEL LITERARIO y PAPEL
LITERARIO DIGITAL, director, coordinador y colaborador de SUR. REVISTA DE
LITERATURA, tiene en su haber las siguientes
Publicaciones
Poesía:
Fuego sordo, 1975; Marchamar andalusí,
1977; Se rompe hasta la vida cotidiana, 1980; Des(h)echa
la ciudad, 1980; Ulises desangrado, 1982; Demonolatrías,
1985; Amor compiuter, 1987; Un libro para el gozo,
1994; Inter-nos, 1994; Psilocibina, 1998; Las
heridas de amor, 2000; Una carta de amor, 2002; Infinito
mar que es el vivir, 2003; Hojas ustibles, 2005; Fábulas
de reencarnación, 2016; Cantares de flores nuevas, 2020.
Narrativa:
Lejano siglo XX; Altos vuelos (2ª edición 2016); Amores
y tiempos (relatos, 2014); Profesor de
poesía (2915, 2ª edición 2016; 3ª, 2020), Memorias de mi
Eterna Llamarada (2016); El pueblo de los misterios (2017);
Un dilema de amor (2018); Homo vampyrus (2019); La
empoderada y maldiciente Sara (2020). Además de numerosos cuentos
en blogs y en revistas.
Además, ha escrito Literatura infantil y
números libros y ensayos sobre temas de enseñanza de la lengua y la literatura,
de lengua y/o literatura.
Ha desarrollado programas de ordenador
para la enseñanza de la lengua y la literatura, como auxiliares de estudios
filológicos y como instrumentos de talleres de escritura creativa. También es
autor de numerosos capítulos de libros sobre temas literarios, lingüísticos y de Didáctica de la
lengua y la literatura.
Director de SUR. REVISTA DE LITERATURA (www.sur-revista-de-literatura.com)
Web: www.agvelasco.es
Blog: https://agvelasco.blogspot.com/
POEMAS
La constancia de amor
Me rinde la evidencia de una tarde
en la que tú mi rosa recibiste,
la llevaste contigo,
las páginas de un libro disecaron
para que fuese eterna.
Las leyes de la rosa la hacen breve,
de efímero esplendor,
de pétalos tan leves que al momento
marchitan savia y vida.
En el libro conserva todavía
la constancia de amor y resucita
aquellos tiempos altos que vivimos
de inicio enamorado.
Espinosos momentos
Consolarnos debemos
en este desconsuelo que nos prende.
Impotencia y temor.
Contemplemos el cielo en su grandeza,
contemplemos el mar imaginado,
lejos de las paredes que nos cercan.
Era la muerte el mar
y los ríos marcaban nuestra vida.
Metáforas inciertas.
Monótona es la vida y sólo el ansia
de vivir nos eleva
a cielo y mar de imaginado impulso.
El corazón se achica por momentos
cuando la voz distante se nos niega,
cuando marca la tinta
de silencios impuestos.
No nos roben la luz
de amaneceres nuevos.
No aprovechen la calma
para alzar la tormenta.
Ya tenemos bastante con el cerco
que impone esta impotencia.
Ya tenemos bastante con la cuita
que impone esta zozobra.
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