La poesía para mi es la traducción del
sentimiento a través de las palabras, que me inspiran y me llenan de pasión.
Nacida en Tetuán (Marruecos)
Desde 1992 resido en España, actualmente
vivo en Conil de la Frontera (Cádiz)
Actualmente escribo poesías en español –
árabe. He traducido algunos poemas en árabe para poetas, Colaboro en la revista
azahar, en varias revistas literarias y antologías. He participado en diversos
encuentros poéticos como en el VI Encuentro Internacional de Poesía de Ciudad
de Úbeda (Jaén), Poetas de Ahora, los Festivales Internacionales de Poesía
Grito de Mujer (Cádiz y Portugal) También he participado en I Encuentro
Internacional de poesía “ciudad de Cabra” 2017 y en el primer encuentro de los
poetas del Mediterráneo en Marruecos (Tánger) 2014. He publicado mi primer
libro en 2018 en la I feria del libro
hispano-árabe CIHAR (Granada) y tengo
otro en camino.
Pertenezco al grupo literario azahar de
José Luis Rubio Zarzuela y soy miembro de la asociación Mujeres del Mundo.
Cuando escribo me relajo y me ausento de
todos los problemas, inspirarme con los versos y desahogar mis sentimientos con
cada palabra que escribo.
Mi correo electrónico es: malikabozi@hotmail.com
POEMAS
Dedicada a Adolfo
Bécquer
ME SUENAN TUS VERSOS
Me suenan tus versos en mi alma de fuego,
donde renace el amor.
En la pupila azul
una mirada serena llena de fulgor.
Me suenan tus versos
en los barriles de vino,
donde sacian los besos
bajo las copas del pino.
Buscando tus versos
en los valles y campos de trigo
y entre sonidos de río me suenan tus versos.
Tus letras son versos brillantes
que viajan sin parar,
enlazados con las estrellas
y entre piedras de nácar,
susurrando amor al viento
y sumergidos en las olas del mar,
en la orilla lejana borrando
las huellas de tu caminar.
¡Adolfo Bécquer!
Nos dejaste en la pupila azul
poesía y, pasión de tu cantar.
QUISIERA SER EL
SOL
Quisiera ser el
sol
que calienta las
orillas
del mar muerto,
donde se derraman
las lágrimas
saladas,
y abrazar las
ramas
del bosque
silvestre;
palpar las hojas
que acarician el
cielo,
abrir el sendero
entre caminos
abiertos,
donde la luz
brilla
en los valles
y campos de
girasoles.
Quisiera ser el
sol
con rostro dorado,
que ilumina el
vientre
de cada mujer
donde habita el
amor,
escucho el canto
del arroyo
y el susurro de
las hojas
que penden de los
árboles,
sobre las verdes
ramas.
Quisiera ser el
sol
que revive las
flores,
en los fértiles
campos
con mágicos
colores,
y abro mis brazos
al horizonte
alegremente, y me
ausento
con la luz del
ocaso.
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