lunes, 13 de octubre de 2025

JUAN ANTONIO RODRÍGUEZ ASTORGA (JARA)

Ha ejercitado diversos oficios. Apasionado del mar, sirvió en la Armada durante 32 años, Graduado en Derecho y Master de Acceso a la Abogacía.

Es miembro de número del Ateneo de Cádiz y del Ateneo Blazco Ibañez, presidente del Grupo Literario El Ventanal, miembro de la Tertulia Literaria Puerta Abierta a la Imaginación de Par en Par, pertenece al colectivo Poetas de Ahora, colaborador en varias revistas literarias como: Desde mi azotea, Pléyade, Azahar, etc.

Ha sido finalista en el Concurso Internacional Constantí de relato corto (2020) por su obra “La dama que costó un reino” y ganador de dicho certamen, en su edición de 2021, con su obra “Fábula de una migración”. Primer Premio de la IV edición del Certamen Cartas de Amor “De Mar a Mar” con su obra “Amal y Noam”.

Su poesía ha sido reunida en tres libros: “Del amor y otras desdichas” (2019); “Abordaje a la larga” (2021) y “La cosecha inesperada (2023). Guarda aún inéditas obras, tanto de narrativacomo poéticas, cuya producción sigue creciendo imparable.


CASI SE ME HIZO TARDE


Hoy casi se me hizo tarde,

atravesé las horas sin conciencia

como quien surfeara olas de tiempo,

quien no le importara la travesía,

y, sin saber, casi se me hizo tarde.


No importaba malgastarlo,

yo tenía todo el tiempo del mundo,

llevaba los bolsillos llenos de horas,

entre los dedos, huían los minutos,

camino del mejor de los olvidos.


Doné los tiempos no usados,

el tiempo dormido es tiempo perdido,

dije mientras empañaba un espejo

para no ver mi rostro avejentado

ni descubrir los lustros anidados.


Teñí de noche mi pelo

y en mi barba blanca está la verdad

la lágrima cual lluvia torrencial,

el olor dulce de la ropa amada,

evaporaron por nunca jamás.


Hoy casi se me hizo tarde,

abrí los ojos sin amanecer,

no vaya a ser que el alba envilecida,

gasté mi último segundo de vida

antes de confesarle mi buen amor.



Yo no sé si fui nube de verano,

o si formé parte del sueño de alguien,

si abrazó su almohada por mi talle,

o si acarició el raso de su sábana,

confundiéndolo acaso con mi piel.


Yo no sé si me hicieron el amor

en los brazos ajenos de Morfeo,

si posé labios en la aglaonema

perdido por algún monte de Venus,

sobre los llanos de un ignoto tálamo.


Yo no sé, tan siquiera la imagino

sumida en penumbra de un halo onírico,

con la respiración entrecortada,

arqueada en ofrenda de su pelvis,

a la profana deidad de sus sueños.


Las mismas miradas, cada mañana,

el cruzar anónimo y rutinario.

busco entre ellas un brillo delator,

un indicio que asome entre los ojos,

y diga: tú eres mi sueño de verano.



1 comentario:

  1. Un gran poeta y una gran persona, con la que tengo el enorme privilegio de compartir poesía, amistad, risas y algún que otro pesar. Un abrazo, Juan Antonio

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