miércoles, 15 de octubre de 2025

FÁTIMA FERNÁNDEZ BAENA


Los cuentos y la poesía han formado parte de la pluma de Fátima Fernández Baena desde que era muy pequeña. El periodismo le encontró tras una parada en Derecho y mientras compaginaba estudios de Música. Una trayectoria que le ha permitido tener una amplia versatilidad para ejercer su trabajo con las letras. Se siente muy cómoda en el sector prensa donde ha desarrollado su labor profesional en numerosos medios durante más de 20 años. Además de tener experiencia en el tercer sector y la docencia, es cofundadora de La Giganta Digital (2018), revista con enfoque de género, que se encuentra detrás de las dos y únicas ediciones de la Feria del Libro Feminista de Sevilla hasta ahora, con el respaldo del Ayuntamiento hispalense. Tras toda una vida dedicada a la escritura, Y beberme los vientos (La i Poética, 2023), llega a la bibliografía de la veterana periodista como primer poemario.



A MI MADRE, A LA TUYA

Recogía ropa ya seca
y tiré al suelo un camisón de mi madre
donde se había adherido una polilla.

Grité de susto y asco. Grité porque, por un momento, pensé que era ella quien tenía que ejercer su papel.

Y lavar su ropa.

Y echar a todas las polillas que existen para que yo, su hija, pudiera ejercer de joven mujer despreocupada.

No lo hizo, era imposible. Pero me cosió un pantalón, un último acto de madre. Y me acarició la cara atrayéndola a la suya.

Y ahí reconocí que, aunque estuviera enferma, iba por delante del destino. Las hijas no entendemos (ni queremos) lo que nos toca vivir. Pero ellas llegarán al final del camino siendo lo que son, siempre, más allá de cualquier sombra alargada. Y, a su particular manera, terminan espantando a todas las polillas del mundo conformando una sola madre Gea. Como todas, como ninguna, como la tuya, como la mía...
como la única.


TE DESEO
Que el mar se lleve tu pena y la montalla te lleve lejos, a lo más alto de tus sueños. Que tu libre albedrío se tiña de verde, como una manzana recién cogida fresca, lozana y eterna. Que el amor no te empañe el sentido sino que sea tu empuje. Que la alegría rellene las griestas de tu vida y, aunque parezcas un puzzle, ese brillo aclare tu esencia. Como el primer vuelo de un pájaro, que tu virtud siga siendo la inocencia.

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