ROSA RODRÍGUEZ NUÑEZ

 

Nacida en Malagón en 1956. Maestra, con la especialidad de Lengua y Literatura. Presidenta de la Asociación Española de Amigos de la Poesía. Delegada de Madrid, Toledo y C-Real de la Unión Nacional de Escritores de España; Miembro del grupo Guadiana; Miembro de la Academia Norteamericana de Literatura moderna…

Distinguida con el Escudo de Oro por la UNEE, y Finalista al Premio Ciudad de Móstoles 2014, entre otros galardones.

Colaboraciones en revistas y antologías

Poemarios:

“Con los ojos de mi madre”; “Transparencias”; Vivo, solo”; “Laureles”; “Tengo los sueños en vilo”.

ORACIÓN DESCAFEINADA CON LECHE

Bendita la carne desnuda que suda entre sábanas

musitando mentiras en un momento de demencia.

No cubras con ropa de naftalina y termitas

el cuerpo que se han de comer los gusanos.

Llévanos hacia el purgatorio donde limpiemos errores

por la soberbia de los demás y la envida de los otros.

Ayúdanos a comer el pan con aceite de todos los días

que alimentan el colesterol y las babas de los pecados.

Antes de que el prójimo se adelante y devore nuestra voluntad,

enséñanos el camino recto.

Escucha nuestra voz, aunque la garganta

se haya quedado muda en este desierto.

Defiéndenos de sombras que se agarran a la piel

como piojos al pelo de cuatro patas.

Devuélvenos la tranquilidad que se nos robó

y santifica los pasos que nadie seguirá de piernas sin huesos.

No nos dejes caer en barbechos de ignorancia

en plena luna llena, porque la fatalidad del golpe

causará cosechas de palabras huecas.

Por eso te pedimos que no nos despiertes

del estado de inconsciencia deliberada

hasta que el sueño nos someta a la realidad.

LLUEVE AZUL

Llueve en tardes y noches y todo está mojado,

en los borrones se distinguen siluetas.

Danzan las nubes al ritmo de la lluvia,

aparecen y desaparecen entre la neblina

como niños que juegan al pillapilla.

Llueve en los enamorados, entre sus brazos,

en el espejo que refleja, prudente, sus besos.

Llueve azul sobre el mar, llueve en un cielo que llora

y se indultan los errores con las gotas pertinaces.

Hoy la lluvia trae palabras amables, serenas,

tan frágiles como el vuelo de una mariposa.

Hoy la lluvia limpia moradas y mueve olas,

las madres pintan sus paredes de ternura

y el agua nos recuerda que somos mortales,

que todas las lluvias pueden anegarnos

si no abrimos el paraguas a las mañanas,

esas mañanas donde todo está seco y vacío.

Llueve azul sobre el mar, llueve de un cielo que llora.