lunes, 20 de octubre de 2014

PATRICIO GONZÁLEZ GARCÍA


   
PEQUEÑO CURRÍCULUM

PATRICIO GONZÁLEZ GARCÍA(Algeciras, 1955), Ingeniero Técnico Naval. Alcalde de Algeciras durante 12 años(tres legislaturas). Retirado por una grave enfermedad cardíaca.
Premio Ateneo de la Cultura, Pregonero de la Feria del Libro de Algeciras del año 2012. Conferenciante. Ha coordinado y ha sido ponente en diversos Cursos Estacionales de la Universidad de Cádiz, Universidad Abdelmalek Essaadi y Universidad Complutense.
Ha escrito DON CRISTÓBAL, FARAH, ZÉJELES DEL ESTRECHO, ZÉJELES DE LAS DOS ORILLAS, COMPAÑERA NOCHE, SIBARI Y NOSOTROS, VIAJE A MI INTERIOR. Su último trabajo es la novela ABDUL. UNA HISTORIA MORISCA.


TRES ZÉJELES


LA VIDA


Si Dios me regalara un trozo más de vida,
pondría al sol mi alma, pero compartida.


Escribiría mi odio sobre el hielo.
Amaría todas las biznagas que huelo.
Y le diría a la gente que quiero, que la quiero.


Jugaría con las estrellas una partida.


Si Dios me regalara un trozo más de vida,
pondría al sol mi alma, pero compartida.


Viviría enamorado del amor.
Y se lo diría a todos sin ningún pudor.
Proyectaría amor, con todo mi candor.


Utilizaría siempre el compromiso y no la huída.


Si Dios me regalara un trozo más de vida,
pondría al sol mi alma, pero compartida.


LOS SUEÑOS



Prefiero a los que sueñan aunque se equivoquen,
aunque a veces, sus esperanzas se lo revoquen.


Soy de los que creen en la utopía,
aunque me encuentre atrapado todavía.
Soñaré siempre, todos los días.


Estoy siempre con los que se atreven.


Prefiero a los que sueñan aunque se equivoquen,
aunque a veces, sus esperanzas se lo revoquen.


Creo en el mundo y en su belleza.
Quizás no me entiendan por mis rarezas,
pero lucho siempre, contra la tristeza.


La felicidad vendrá a los que creen.


Prefiero a los que sueñan aunque se equivoquen,
aunque, a veces, sus esperanzas se lo revoquen.


A MI PADRE


Nunca te dije que el médico me dio la noticia.
Y desde aquella noche, todo fue una injusticia.


Nunca te dije lo feliz que había sido.
Y ya no podía, porque ya te habías ido.
Y yo me moría por no haberlo podido.


Nunca te dije que llevabas razón, y que era justicia.


Nunca te dije que el médico me dio la noticia.
Y desde aquella noche todo fue una injusticia.


Nunca te dije que me moría de miedo.
Porque quedarme sin ti, yo no puedo.
Daría lo que fuera por decirte te quiero.


Nunca te dije adiós ni te dí una caricia.


Nunca te dije que el médico me dio la noticia.
Y desde aquella noche todo fue una injusticia.













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