viernes, 18 de octubre de 2013

Mª Carmen Jiménez Martín


Soy orihunda de Arahal, un pueblo rico en la producción de aceitunas, provincia de Sevilla. Crecí deseando trascender las fronteras del pueblo, por eso, en cuanto que tuve uso de razón me convertí en ciudadana del mundo, y así es como me siento ahora porque esa  condición la adquirí para toda mi vida.

Desde pequeña me gustaba fantasear, hilar sueños sin palabras, y eso se convirtió en un rasgo de mi personalidad. Soñando soñé qué y cómo quería ser de mayor: una poeta que cantara libremente sus sueños, y de ahí nacen los cuadernos de poesía que he escrito a lo largo de unas cuantas décadas. Están hechos con un lenguaje sencillo directo al corazón. Además de escribir poesía disfruto escribiendo relatos, y hasta me he atrevido con alguna que otra novela. Todo anónimo. Escribo para mí  y  para mi pequeño y cercano círculo de amistades, y toda  mi producción literaria no ha trascendido ese círculo, no sé si porque soy una persona celosa de mi intimidad o por pereza para sacarlo a la luz más allá de un entorno de confianza. Quizá también por miedo a la crítica, ¡quién sabe!


Para mí escribir es una necesidad y una liberación. Para sobrevivir dignamente trabajo como orientadora en un centro de enseñanza secundaria en Alcalá de Guadaíra.


Poesías del poemario 2013: “La mirada de la luna”


XI

¡Cuántos años noqueándome
arrastrándome como al viento
ninguneando mis deseos
esparciendo sus cenizas por un universo muerto!

¡Cuántos años de no querer queriendo
de  trepar con maestría
por el hilo invisible
sostenido solo por mis sueños!

¡Cuántos años de caricias sin caricias,
de deseo sin dueño,
de fantasías quebradas y anhelos perdidos
en un inmenso desierto!

¡Cuánta vida sin vida
de agonías sin infiernos,
solo palabras y palabras flotando
en mi vacío incierto!

¡Cuánto amor sin amar,
duelos de ilusiones, ternuras,
goces y más goces
hundidos ya en barro, desnudos y gélidos!


XXIV

                   Como  cuando era una niña
y jugaba al escondite,
hoy, rodeada de gente,
he jugado sóla
a esconderme de ti…

A esconderme de ti.

A esconderme del ardiente
y doloroso deseo de correr
hacia ti  para abrazarte,
para acariciarte,
para besarte…

Escondida de ti,
anhelaba que me reconocieras
en tu ausente mirada,
que se posaba en mí sin verme,
sin imaginarme ni soñarme siquiera.

                                                      Escondida de ti,
                 perdida en ti,
               perdida en ese que eras tú,
                 soñaba el sueño de no verte,
              que no me vieras sin verme,
               dejar de soñar...

            Escondida en ti,
                                                   escondida en mí,
                                       deseaba amor dejar, por fin, de verte
                                     y acabar la agonía  de tu mirada sin verme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario