Nació en Tarifa en el año 1957, pero vive desde 1965 en San
Fernando. Finalizó los estudios de Magisterio en la
Escuela Normal
En el año 2009, ingresó como miembro de la tertulia poética
y literaria Río Arillo de San Fernando en cuya revista Pléyade,
publica artículos, relatos y poemas.
Su afición a escribir está basada en el valor terapéutico
de la escritura y su importancia como bien social y de aportación a la cultura,
de ahí su participación en eventos, revistas y actividades de contenido
literario entre las que se encuentra su participación en el programa de radio
local “A vueltas con la literatura” dirigida por el escritor y poeta Ramón Luque.
Es autor de La jubilación del delantal, su
primer libro editado por Publicaciones del Sur en noviembre de 2012 y
subvencionado por el Instituto Andaluz de las Artes y las Letras de la
Junta
En febrero de 2014 publicó su segundo libro titulado Hoy
es todo lo que tengo. Se trata de un ensayo de cómo vivir
en el presente aprendiendo a desviar los pensamientos invasores sobre el pasado
y el futuro, y su conexión con la poesía japonesa del aquí y ahora.
En mayo del 2017 presentó su primer poemario “Poemas de
andar por casa”.
POEMAS
BORNOS
Pueblo blanco donde los halla
a los pies de la sierra del Calvario
donde rezan sus gentes el rosario
entre olas de un mar encerradas.
Pueblo llano, pueblo manso,
cal viva de la sierra gaditana
pueblo que sin ser marinero
vierte al azul sus miradas.
Pueblo que de calles lustradas
goza de un lago de nubes
que brinda su color al aire
de estampa íbera y romana.
A la entrada penden cigüeñas
de torres de iglesias bien altas.
En el pórtico te acoge el bornicho,
ese vecino de raza
que ebrio de tiernos cultivos
rinde su moreno al cielo
entre huertos y guadañas.
Carissa es dueña de
todo.
Bornos a todos abraza.
DAMASCOS EN FLOR
Cantan las flores en primavera
al ver los campos amarillos
de árboles de sol repletas
y ojos posados, cual pajarillos.
Canta el hortelano de su tierra
al ver la vida en los altillos
de flores que parieron damascos
plenos de amores bien nutridos.
Canta el labriego sin sonrojos
a la vida que le dio el colorido
de mástiles copados tan jugosos
como el damasco de los bornichos.
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