jueves, 4 de octubre de 2018

LOLA FONTECHA



“Mira si es difícil, que camina por la vida sin saber a dónde va. Mira si es retorcida, que la existencia observa desde arriba, con el vértigo que le dan las alturas y se enorgullece de las cosquillas que percibe en su interior al mirar. Mira si es enredada, que no pretende estar tranquila y se me queda dormida entre las olas del mar. Mira si le gusta complicar la vida, que viaja sin muda que la vista y sin vehículo que la traslade a ningún lugar. Mira si es terca, que utiliza sus piernas para brincar cual caballo desbocado, sin importarle quién pueda mirar. Mira si es orgullosa, que no oculta su alegría porque ella le abrazó muy fuerte entre gotitas de lluvia una tarde gris y oscura que se dispuso a caminar.


Y mírala bien, no la pierdas de vista, porque para más inri no cierra los ojos al dormir…, para ella, la vida es un sueño que aún está por disfrutar.”


POEMAS

Cuando “AQUARIUS”
deja de ser una bebida por si nos duele la barriguita
y se convierte en martilleo a conciencias inertes.

Mis lágrimas decidieron quedarse
a mitad de camino y se dieron la vuelta
para no soñar contigo.

El sol quemó mi tez
y tus prejuicios se convirtieron en veneno
que aguijoneó mi alma
empujando al mar mis ansías de libertad.

Quizá equivocaste porqué decidí venir.
No quise ocupar tu espacio,
no pretendí invadir tu casa,
no, no era mi intención.

Quiero contarte
que mi negativa a mirar atrás
no era desertar de mis orígenes.

No hice de estatua de Lot,
no traicioné a nadie en mi partida.
Me engañaron a mí
cuando me ofrecieron  la tierra prometida.

No marqué mis cartas para ganar ronda oportuna,
y seguir así por sendero distinto al de mi familia.

Tomé la decisión de pasar página
en punto y seguido existencial.

Quise encontrar un lugar donde no esconderme
donde no tener que ocultar un presente
sino un lugar en que tener futuro latente.

Vine solo buscando tu sonrisa
imaginando en el azul del camino
el color de tus ojos al tenderte mi mano.

Lo que nunca pude imaginar
es que sería tu odio
el que me cerraría la puerta en la cara de la ignominia.

No pude aparentar que nada pasaba,
las fuerzas me abandonaron días atrás,
cuando el agua dulce no llegaba a mi boca,
cuando la fruta del árbol,
era tirada una a una al mar de la desidia.

Cuando mi pan se endurecía por el sol,
escaldando mis vestidos mojados,
en piélago molesto
y estragado de tantas vidas perdidas.

Me duele sentir,
como de nuevo, un hada muere ante los ojos de mi hija
y no me llega la tinta para escribir mis memorias,
se ha secado en callada respuesta
al escuchar ¡aquí no! ¡aquí ya no caben  más!

La pluma quebró en quimera desconcertada
y el papel mojado
quedó en camino de ojos cerrados
sin condolencias al perderme de vista
en el mar del olvido.

Lola Fontecha
VI Encuentro Poetas de Ahora
Bornos 2018

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