miércoles, 3 de octubre de 2018

JUAN DELGADO



Nace en La Isla (San Fernando) en el Patio de San Francisco, ubicado a las espaldas de la Iglesia Castrense en plena Calle Real, y en esta población vive su juventud. Su vida se ha desarrollado, por motivos profesionales, casi siempre en ciudades de la costa, junto al mar; La Isla, San Sebastián, Ceuta, Cádiz,… Pero es en el Barrio de la Viña (Cádiz) donde finalmente se establecerá con su familia, y es allí donde verá a sus hijos jugar y crecer en la Caleta. Por ello, tiene su alma dividida y se siente un híbrido entre “cañailla” y “caletero”.
Desde su juventud tuvo una inclinación “natural” hacia la poesía, alentada en gran medida por algunos profesores durante el Bachillerato, y lee y memoriza con asiduidad a sus poetas preferidos: Machado, Hernández, Alberti, Tagore, Juan Ramón,… A estos autores irán agregándose otros muchos, con posterioridad, como Pepe Hierro, Gloria Fuertes, Carmen Conde,…etc.  Pero no es hasta el año dos mil cuando comienza a escribir sus primeros poemas.
Sus versos están en gran medida íntimamente relacionados con el mar, la naturaleza y Cádiz. Aunque busca descubrir y desarrollar su propia voz poética, reconoce y se enorgullece de la influencia que Don Antonio Machado ha tenido en él.
En la actualidad participa en la Tertulia Literaria “Puerta abierta a la imaginación” (Cádiz), en la Tertulia Literaria del Grupo “Rio Arillo” (San Fernando), y en el Ateneo Literario de Cádiz.
 



POEMAS


EL PRINCIPIO DE INCERTIDUMBRE

No te conocía y eras.
Hoy te encontré
y te hablé.
¿Sigues aún siendo tú?
¡Dime!,… ¿Quién eres ahora?

¿Y yo?
¿Seré, hoy, quien ayer fui?

Desde que te vi,
– cuando de nuevo llegaste
con la corriente del río –
mi memoria se nutrió y conformó
con todas aquellas realidades.

Por ello,

Por tu presente
… hoy soy.
Por tu ayer
… he sido.
Y por tu mañana
… seré.


Cádiz, 13 de abril de 2018



EL RÍO
Entre dulces trinos
y blancas mariposas,
ha brotado,
de nuevo, el río.

Llega alegre
en la madrugada negra,
con las ansias
repletas de vida.

Con su arrullo tibio
lo sacia la primavera
y lo cobija en sus brazos
del cálido estío.

Hoy comienza su periplo
horadando la tierra,
anegando los campos,
hasta llegar a la mar.

¡Río!

Cantarín,
ruiseñor,
libélula
y flor.

¿Dónde
encontrarás
tu nido?

¿Quién será
tu gran
amor?

¡Río!

Nueva
esperanza
de mi corazón.

Sevilla, 25 de julio de 2.018


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