miércoles, 17 de octubre de 2018

ROBERTO J. MARTÍN GONZÁLEZ





Nacido en: Málaga, Marzo, 1946.
Estudios:  Dirección Empresas Turísticas; Decorador de Interiores.
Ocupación Profesional: Dirección en la Empresa Privada,                                                  
Estudioso de la poesía; estructura, metro, rima, prosa, epistolar etc…  
Trabajos en colegios con grupos de adolescentes y mayores, aplicando normas de estructuras poéticas.               
        
Publicaciones –no registradas-: Mi juventud, año 1965; Horizontes,1966;   
    Sensaciones, 2/1967; Poesía al Alma, 11/1967.

Recientemente editado; “RETAZOS”  Diseño, Impresión y distribución por ALIAR Ediciones.
1ª Publicación en 50 años, pasando por todas las estructuras en poesía.
Incluido en 12 Antologías de encuentros de poesía.
Publicado en la revista de poesía “Alora La Bien Cercada” año 2018.  Actualmente colaborando en revistas diversas de; España, México, Argentina y alguna reseña de colaboración en prensa local.
Cooperante  en organizaciones de solidaridad.       




POEMAS    


Sentencia
«Soneto»

Con desdicha, el amor, con amor paga;
es culpable, y amar es la sentencia
que valga tu frialdad o indiferencia,
al sufrir, por clavar en mi esta daga.

Que mi pecho agotado se rehaga;
del acto de dolor  y de clemencia,
de vida relajada con paciencia
la paz y el entender del que se  embriaga .

¡Si! te quise, y te quiero todavía,
mi corazón desecha tu presencia,
siento de ti una vil y fea agonía.

Espero, no de ti, pidas clemencia,
si tu ego te mantiene en fantasía
ser relax o alegría por mi ausencia.




En el rebalaje


¡Ay mar! tú que comprendes mis desvelos

en noches de calor canicular,

no restrinjas mis deseos para amar

que son esos los sueños de  recelos .


Desprecio tu osadía, por tus celos,

espero la alborada que al mirar

el horizonte, que me hiciera soñar,

mis recuerdo serían de otros vuelos.


Ahora en el rebalaje, sobre el tálamo,

en el lecho de arena que me acoge,

percibir el olor que traen tus olas.


Con la brisa marina canta el cálamo,

el rumor de tu son, mi alma recoge

la alegría constante, que acrisolas.  



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