jueves, 7 de octubre de 2021

MALIKA EL BOUZIDI CHERKI

 

La poesía para mi es la traducción del sentimiento a través de las palabras, que me inspiran y me llenan de pasión.

 

Nacida en Tetuán (Marruecos)

 

Desde 1992 resido en España, actualmente vivo en Conil de la Frontera (Cádiz)

 

Actualmente escribo poesías en español – árabe. He traducido algunos poemas en árabe para poetas, Colaboro en la revista azahar, en varias revistas literarias y antologías. He participado en diversos encuentros poéticos como en el VI Encuentro Internacional de Poesía de Ciudad de Úbeda (Jaén), Poetas de Ahora, los Festivales Internacionales de Poesía Grito de Mujer (Cádiz y Portugal) También he participado en I Encuentro Internacional de poesía “ciudad de Cabra” 2017 y en el primer encuentro de los poetas del Mediterráneo en Marruecos (Tánger) 2014. He publicado mi primer libro en 2018 en la I feria del libro

hispano-árabe CIHAR (Granada) y tengo otro en camino.

Pertenezco al grupo literario azahar de José Luis Rubio Zarzuela y soy miembro de la asociación Mujeres del Mundo.

 

Cuando escribo me relajo y me ausento de todos los problemas, inspirarme con los versos y desahogar mis sentimientos con cada palabra que escribo.

 

 

Mi correo electrónico es: malikabozi@hotmail.com

 

POEMAS

 

Dedicada a Adolfo Bécquer

ME SUENAN TUS VERSOS

Me suenan tus versos en mi alma de fuego,

donde renace el amor.

En la pupila azul

una mirada serena llena de fulgor.

Me suenan tus versos

en los barriles de vino,

donde sacian los besos

bajo las copas del pino.

Buscando tus versos

en los valles y campos de trigo

y entre sonidos de río me suenan tus versos.

Tus letras son versos brillantes

que viajan sin parar,

enlazados con las estrellas

y entre piedras de nácar,

susurrando amor al viento

y sumergidos en las olas del mar,

en la orilla lejana borrando

las huellas de tu caminar.

¡Adolfo Bécquer!

Nos dejaste en la pupila azul

poesía y, pasión de tu cantar.

 

QUISIERA SER EL SOL

Quisiera ser el sol

que calienta las orillas

del mar muerto,

donde se derraman

las lágrimas saladas,

y abrazar las ramas

del bosque silvestre;

palpar las hojas

que acarician el cielo,

abrir el sendero

entre caminos abiertos,

donde la luz brilla

en los valles

y campos de girasoles.

Quisiera ser el sol

con rostro dorado,

que ilumina el vientre

de cada mujer

donde habita el amor,

escucho el canto del arroyo

y el susurro de las hojas

que penden de los árboles,

sobre las verdes ramas.

Quisiera ser el sol

que revive las flores,

en los fértiles campos

con mágicos colores,

y abro mis brazos al horizonte

alegremente, y me ausento

con la luz del ocaso.

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