viernes, 27 de octubre de 2023

M LUZ REYES MUÑIZ

 


Treinta y siete grados


Dicen que los veranos son calientes,

que el deseo se posa en la piel.

Mi memoria viaja y se instala

en la luz azul plata,

en la transparencia estival

y como un perfume,

me regala energía, vitalidad.

Pero sé,

que los atardeceres de otoño

los salpica el fuego,

encienden mi leña, 

ardo en tu recuerdo,

me visten de amor por dentro.

Me regalan primaveras,

antes de tiempo.



La prisa en pausa


Absorta, con la mirada

puesta en un planeta desconocido,

recibo tu llamada.

Captando la señal indulgente,

de soplos fugaces que producen

involuntarias ganas de volver a ser,

 electricidad, mientras mirabas.

Mis latidos llevan tu ritmo,

vertiginoso y prohibido,

ubicados en aquella esquina, 

la que fue un sofá descolorido

de terciopelo gris aburrido.

Donde se clavaban miradas

de cera derretida,

sensaciones y secuencias,

negativos de nuestra vida,

tomas falsas favoritas.





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