jueves, 12 de octubre de 2023

RAFAEL ORTEGA MORAL

 



Nace en Córdoba, estudió hasta cuarto de Primaria en Córdoba (CP S. Vicente Ferrer). 


Por circunstancias económicas, Bachillerato estudió con beca en Carmona en el IES Maese Rodrigo (donde tuvo excelentes profesores, entre ellos a D. Antonio Rodríguez Almodóvar), estuvo interno y tutelado por la Dominica Sor Concepción Ortega, su tía.


COU lo hizo en el IES Séneca de Córdoba.


En la Escuela Universitaria de Magisterio Córdoba consiguió la Diplomatura en Ciencias de la Educación con excelentes notas, obteniendo el acceso directo a la docencia.


El servicio militar lo hizo en Cádiz en el Rgto de Artillería Mixta n•4 alcanzando el grado de Cabo Primero y obteniendo la Medalla de Honor del Día de las Fuerzas Armadas 1981.


Disfruta la jubilación de Maestro, tras más de 37 años de docencia. Desarrolló prácticas docentes en Puerto Serrano y Setenil de las Bodegas (1981-82) y Medina Sidonia (1.982-2019, en CEIP Santiago el Mayor y Ángel Ruiz Enciso, del que fui director más de una década). Participó en innumerables proyectos de innovación pedagógica, cursos de formación, congresos de Pedagogía, …


La lectura de libros de poesía casi a diario en la Biblioteca de Carmona que, a la vez, era su estudio, le hizo conocer a los Machado, Hernández y Lorca … Comenzó a escribir poesía desde niño, recuerda que en Bachillerato (1973) le conceden un diploma por un poema.


La poesía y las libretillas le han acompañado a lo largo de mi vida. Cuando llegaron los ordenadores, informatizó el proceso de escritura. Actualmente, controla más de 1.200 producciones.


Le han publicado, como regalo de jubilación, poesías escritas de 1977 a 1982 con el título “Andalucía, mi realidad”.




CANCIÓN DE CUNA


(Cuarteta: 8a, 8b, 8a, 8b)


¡Qué gran suerte, mi parienta,

qué guapa estaba preñada

un verano de pimienta,

trae a nuestra niña mimada!


En la cuna parturienta

duerme carita rosada,

la niña que, en la placenta,

sonriente nos saludaba.


Sueña mi niña contenta

con el alma relajada,

no le asustan las tormentas,

ni las brujas, ni las hadas.


La mano de mi parienta

a la niña adormilaba,

sus pezones alimentan

leche buena y condensada.


Estudiando vive atenta 

y las musas enceladas

en silencio desorientan

con sus mentiras sopladas.


Sueña mi niña contenta

con el alma relajada,

no le asustan las tormentas,

ni las brujas, ni las hadas.


A las cimas polvorientas

sube mi niña adorada,

los retos no desalientan

la alegría en su mirada.


Vuela ya mi niña e inventa

tirabuzones bordadas,

en cielos grises y aumenta

su belleza iluminada.


Sueña mi niña contenta

con el alma relajada,

no le asustan las tormentas,

ni las brujas, ni las hadas.


Tomando té verde y menta

en muchas tardes soleadas

con la maja vestimenta,

encandila en las posadas. 


Esa niña fundamenta

éxitos cuando estudiaba,

el premio al mejor ostenta

en estudios de abogada.


Sueña mi niña contenta

con el alma relajada,

no le asustan las tormentas,

ni las brujas, ni las hadas.


La madura cenicienta

en su vida enamorada,

su gran corazón no inventa 

latidos en desbandada.


¡Qué gran suerte, mi parienta,

mantiene junta la armada

como hace una presidenta

y gallina a su pollada!


Sueña mi niña contenta

con el alma relajada,

no le asustan las tormentas,

ni las brujas, ni las hadas.


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