domingo, 22 de octubre de 2023

ÁGUEDA ORTEGA


De Ronda, Artista, Diseñadora e Investigadora plástica del arte de hacer visible lo invisible. Cada escultura, cada ilustración, escrito o danza que hace nacen de un proceso  vital de investigación. La propia creación le es un medio para seguir vislumbrando y expandiendo la percepción. Y considera la técnica no como un fin, sino como un  medio a través del cual damos nacimiento a lo genuino en nosotros. 

Se ha labrado una carrera de diseñadora desde el 2007, que ha ido madurando con  el tiempo hacia la psicología del diseño. Detrás de una imagen potente siempre hay una historia que conecta con los sueños del que mira. 

La vida se lo puso fácil para iniciarse en la docencia, y se enamoró de esta labor  desde el primer contacto. Una de sus maestras le dijo un día que “quien no sabe guiar, no sabe seguir” y como es una curiosa innata autodidacta que le encanta  aprender se lanzó a guiar grupos. En estos espacios comparte desde la práctica su  experiencia de transitar el puente de la imaginación a lo tangible, dando forma a lo invisible. 

“Cada arte tiene su misterio, su ritmo espiritual” D.T. Suzuki 

Agueda pertenece a la Unión Nacional de Escritores de España, UNEE y a la  Asociación Cultural ARTEatro 13. Ganó el Premio local de poesía sobre la temática  “La Mujer” en el certamen de poesía de Manilva, 2022. Ha colaborado en la  publicación de dos antologías poéticas con 13 de sus poesías. Crea performance de  textos de otros autores con su danza, a lo que llaman poesía en movimiento.  Actualmente se encuentra en la elaboración de su primer libro. 


Dulce otoñal corazón

Deja caer lo que quiere caer,

de lo contrario te arrastrará. 

Carl Gustav Jung

Dulce otoñal corazón

en constante incendio y caída.

 

Explosión de colores del fuego

adentrándose en templado invierno.

 

Quebradizo, entregado al vuelo.

Soplo suave para no desaparecer

en estos párpados que en su atardecer

despliegan la imagen del lejano eros.

 

Reflejos a la luz del abrigo

no de cualquier sueño,

me toman hasta embriagarme 

entre destellos de una fantasía

que mantiene a esta vida 

pendiente de un ligero eco.

 

Soltando amarras de un paisaje 

recorrido en un millón de sueños

que antaño fue de buen cunero

y que hoy grita, ¡vete!, a mis 4 vientos.

 

Soltando, soltando,… 

las hojas cayendo.

 

Recogiendo la antigua morada,

desmudando hacia el gélido invierno.

 

 

 

 

 

Mendigos de amor 

 

Tantos sueños mendigando en cuerpos entumecidos.

Tantos sueños perdidos en ojos dormidos. 

Tantos sueños versionados en pesadilla 

porque no caben por tan pequeña mirilla.

 

Tantos sueños de leones domesticados en gatitos.

Tantos sueños repetidos, que en tantos ha latido.

 

Vidas que más que casas fueron testigos.

Prisiones sin ventanas. 

Ahogados, ignorados, vencidos. 

 

Tantos sueños mendigando en cuerpos sordos. 

En anfitriones sin fiesta, 

en salas de esperas eternas, 

en nudos en la garganta, 

en chepas de piedra. 

 

Tantos sueños ensordecidos. 

Tantos sueños transformados por el juicio.

 

Tantos sueños... 

tantos cuerpos... 

 

Tantos sueños guardados en la despensa,

tantos cuerpos inodoros de su esencia.

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