lunes, 14 de octubre de 2019

JUAN EMILIO RÍOS




Licenciado en Filología Hispánica e investigador suficiente por la Universidad de Cádiz es actualmente presidente del Ateneo "José Román" de Algeciras, presidente de la sección VI del Instituto de Estudios Campogibraltareños y Delegado de la Unión Nacional de Escritores de España en las provincias de Cádiz, Sevilla y Huelva.
Entres sus distinciones destaca haber sido finalista en tres  ocasiones al premio nacional de poesía de ciencia ficción y  fantasía y haber obtenido el Premio de poesía “Luz” en 1999, el Premio de Iniciativas Culturales de la Universidad de Cádiz en 2.000 y el Premio Aljabibe de poesía en 2012.
En 2013 le fue concedido el Escudo de Oro de la Unión Nacional de Escritores de España.
En 2014 fue nombrado “Caza estigmas” por su implicación en la lucha contra la enfermedad mental.
En 2017 recibió la insignia de la ciudad de Algeciras.
En 2018 le fue concedida la medalla de San Isidoro de Sevilla de la Unión Nacional de Escritores.
Ha publicado una treintena de obras entre poesía, antología de relatos, ensayos, antologías de artículos de opinión y acaba de publicar su primera novela Abdul, el moro asturiano junto a Ahmed Ksiri.



            PERSEVERAR EN EL INTENTO


              Ninguna palabra
              de diccionario alguno
              contiene en su féretro
              el sabor consumado
              de la muerte,
              ningún espejo
              muestra voluntariamente
              la cara oculta
              de su espalda.
              Por no saber
              nadie sabe, siquiera,
              la fórmula secreta
              que perpetúa
              la dulzura perenne
              de tus labios,
              yo, sin embargo,
              persevero
              en el intento.





SOY AGUA SUCIA Y POLVO

Barro soy como Miguel Hernández,
que arruina los flamantes zapatos
de los señoritos, de los potentados,
polvo y agua maridados en el abrazo,
arcilla que fabrica hombres que se rompen,
fango de los caminos que van al sur,
cieno incluso de los pozos ciegos, pero
nunca alfombra ni palio ni paraguas
para el que pisa sobre terciopelo.
No pasarán aquellos que muestran manos limpias
y tienen manchadas de sangre cuerpos y almas.
No quiero camisas nuevas ni soles en la cara.
Yo soy impureza del mineral, cáscara,
sangre mestiza y morralla que no se puede tamizar.
Soy hijo de mil leches y mil polvos.
¿Quién puede ser racista si es parte de todos
los hombres? ¿Quién xenófobo si es extranjero
en todas partes?

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