lunes, 7 de octubre de 2019

IGNACIO SANTOS CARRASCO


Natural de San Fernando. Diplomado por la UCA en Filología Española y Francesa y licenciado por la UNED  en Filosofía y Letras (CC de la Educación), ha ejercido la docencia y la Orientación Escolar durante cuatro décadas.

Ha participado en cursos y congresos nacionales e internacionales en relación de “Programas de intervención temprana” para la detección de trastornos del desarrollo así como en el asesoramiento a docentes y familias.  Dispone de publicaciones específicas en el ámbito docente.

Es miembro de las tertulias literarias “Río Arillo” de San Fernando, “Ateneo Gaditano” y “Agajudo” de Cádiz, así como de la tertulia radiofónica “A vueltas con la literatura” de Radio la Isla de San Fernando.

Colabora con revistas literarias como “Pléyade” de la Tertulia Río Arillo, “CLAC” cuadernos literarios del Ateneo de Cádiz,  revista digital “Azahar” de Conil y “Poemas del alma” en la red. Participa en los encuentros poéticos del grupo “Poetas de Ahora” desde la II edición hasta la actualidad.

Entusiasta viajero y amante de la naturaleza sobre la que versa parte de su producción poética.

Tiene tres poemarios, en  plazo breve presentará su primer trabajo.



¡DESCÚBRETE!

No te abrumes por idealismo imperfecto
que aflijan tu yo o te inquieten,
que dañen saber  quién eres
o te precipiten a profundas  simas
de las que emerger imposible fuese.

Renuncia a entramados o redes
no te fíes de cuánto proyecten,
propios o extraños reflejos
que de ti ofrecieran efigie severa   
o de imágenes de espejos abyectos.

No te fíes siempre de ti,
menos aún cuando impedir pretendas
te sitúes en idóneo  lugar 
que impidan ver en realidad
la obra de arte que eres.

Bello cisne, en ti misma eres,
deja atrás ese pato silente,
abandona cuánto no sume o reste
¡descúbrete! ¡confía en ti!
Tú misma, magistral obra de artes eres.



DEL IMPULSO

Aún desconozco que me impulsa
apenas creo sea preciso saberlo
cómo o porqué escribo,
tan sólo saber que con ello me siento vivo
y renazco en mis adentros.

Me arrastró un sentimiento
a su vez un desafecto, un amor, una pérdida,
una lucha que llevo dentro.

Una mirada cálida o un llanto contenido incierto,
una balconera engalanada, unas huellas en el firmamento,
por huida silenciosa de quien te quiso hombre recto.

Para quién elevo este canto
sólo para el viento, que lo eleve y alcance
a las dislocadas urbes ignorantes de sus credos,
para los infinitos desiertos de almas abandonadas
que no les alcanza el sustento.

Que vuelen libres y calen en los corazones,
aunque sólo en aquellos
que al amor estén abiertos.

Espinosa y ardua es mi causa,  pretender
eludir el ruido de fondo que aturdido mantiene el intelecto
de un mundo que permanece insensible a los siniestros. 




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